miércoles, 31 de octubre de 2018

El Banco de Japón mantiene política monetaria y rebaja previsiones económicas

TOKIO.- El Banco de Japón (BoJ) decidió hoy mantener sin cambios su política monetaria, basada en una agresiva batería de medidas de flexibilización, y revisó a la baja sus previsiones sobre la inflación y el crecimiento de la economía nipona para este año.

En su reunión mensual sobre política monetaria, siete de los nueve miembros de la junta de la entidad decidieron dejar intacto el paquete de medidas que se aplican desde 2013 dirigidas a alcanzar una inflación interanual del 2 por ciento, según informó en un comunicado el banco central.
Esta estrategia incluye mantener los tipos de interés negativos a corto plazo y un cuantioso programa de compra del bono de deuda japonés, un activo cuyo rendimiento se quiere mantener en torno al 0 por ciento a largo plazo.
El BoJ seguirá así con la adquisición de bonos estatales por valor de unos 80 billones de yenes anuales (614.883 millones de euros), aunque ajustará el ritmo de las compras para dar un mayor margen de movimiento en sus rendimientos en corto según las condiciones de mercado.
El Banco de Japón aspira a lograr una inflación interanual del 2 por ciento, pero se ha visto obligado a posponer esta meta de forma indefinida y a activar medidas adicionales de estímulo debido la caída de los precios del crudo, a la ralentización global y a la debilidad del consumo doméstico.
El pasado julio, la entidad introdujo modificaciones significativas en su estrategia flexibilizadora con vistas a paliar sus efectos secundarios y a mantenerla a largo plazo, ante las persistentes dificultades de alcanzar el citado objetivo de inflación.
El BoJ también publicó hoy sus perspectivas trimestrales sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) y del índice de precios de consumo (IPC), que incluyen una revisión a la baja de ambos indicadores respecto a sus previsiones anteriores.
El banco central nipón prevé que el IPC avance un 0,9 por ciento en el ejercicio en curso (que concluirá a finales del próximo marzo), un recorte de dos décimas respecto a su estimación previa publicada en julio.
Para 2019, se prevé que los precios suban un 1,1 por ciento interanual, mientras que para 2020, el avance sería del 1,5 por ciento, lo que supone en ambos casos un recorte de 0,1 puntos sobre el cálculo previo y pone de manifiesto que la meta inflacionaria sigue lejos del alcance.
En cuanto al PIB para el año en curso, el banco central espera un crecimiento del 1,4 por ciento, una décima menos que la estimación anterior, mientras que mantuvo en el 0,8 por ciento su previsión para 2019.
Esta ralentización del crecimiento se deberá en parte al incremento del impuesto sobre el consumo desde el 8 hasta el 10 por ciento que se aplicará en octubre de 2019, según el BoJ, que también cita como "riesgos" para la economía nipona a factores externos como el auge de las políticas proteccionistas o el brexit.

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