martes, 23 de octubre de 2018

España seguirá vendiendo armas a Arabia a pesar del horror de Khashoggi / José Oneto *

España y los españoles están asistiendo horrorizados al relato por capítulos, de uno de los asesinatos políticos más terribles de los últimos años, contado en tiempo real, como si formase parte de una serie de Netflix y que tendrá inevitables y graves consecuencias políticas para quienes son los máximos responsables del secuestro, tortura, muerte y ocultación del  sus restos, del periodista saudí, Jamal Khashoggi. 

Kashoggi, colaborador del periódico norteamericano The Washington Post, era un antiguo hombre de confianza de la familia real saudí, que se convirtió en crítico del régimen del príncipe heredero, Mohammed Bin Salman, el todopoderoso (MBS),  tan bien relacionado, que es el socio del yerno del presidente norteamericano Donald Trump. 

Desaparecido el pasado 2 de Octubre, cuando entró en el consulado saudí en Estambul a arreglar unos papeles para su casamiento, restos de su cadáver han aparecido en el jardín del consulado saudí del horror, en Turquía.

Los turcos que tenían el consulado inundado de micrófonos y cámaras, y controlado a la mayor parte del servicio, han podido reconstruir la tortura y muerte del periodista saudí a cargo de un comando cercano al heredero al trono (MBS), el hombre que hace meses se atrevió a detener a cerca de un millar de Príncipes y allegados, encerrarlos en uno de los hoteles más lujosos del país convertirlo en prisión de cinco estrellas y acusarles de corrupción. No los dejó en libertad hasta que devolvieron parte del dinero supuestamente robado o cobrado ilegalmente.

Este Martes el presidente turco Erdogan ha confirmado muchos de los datos que se han ido filtrando sobre el asesinato del periodista saudí, entre ellos, la actuación del comando especial llegado desde Arabia Saudí para cometer un “asesinato premeditado” que, aunque realizado en el consulado saudí, tiene que ser juzgado, según Erdogan en Turquía, y que no puede ser ocultado por la inmunidad diplomática. 

Las autoridades turcas han filtrado a la televisión norteamericana “Sky News” que partes del cuerpo de Khashoggi han sido encontradas en el jardín de la residencia del cónsul general de Arabia Saudí en Estambul. Según estas mismas fuentes, el periodista  habría sido “desmembrado” y su cara “desfigurada”.

La  tortura y ejecución del periodista disidente saudí, en una sede diplomática de Ryad en Turquia, y las reacciones de la comunidad internacional ante algo tan salvaje que va en contra de los derechos humanos más elementales, han sorprendido a las propias autoridades saudíes que no han tenido más remedio que reconocer los hechos, después de haberlos negado, y posteriormente amenazado para quien pusiera en duda la versión oficial. 

Este acontecimiento terrible ocupa, como tema principal, desde hace dos semanas, la agenda de los medios de comunicacióńn de todo el mundo. El presidente de EEUU, Trump, mientras ha hecho un esfuerzo extraordinario para blanquear a  la administracióńn saudí se ha convertido en el blanco de los medios de comunicación y los miembros del Congreso por su intolerable actitud. 

En EEUU y en los países  de la UE, hay por primera vez una reacción intensa contra Arabia Saudita y un llamamiento generalizado a que se deje de vender armas.

¿Tendrán estas reacciones un resultado? ¿Se aplicarán sanciones contra Arabia Saudita? ¿La moral y la virtud desaparecerán una vez más en el triángulo de peróleo-arma-dólar? Probablemente. En este proceso se pondrán a prueba la moral y la virtud, no sólo EEUU y la UE, sino también del Gobierno turco del AKP, que juega un papel clave en la investigación del asesinato y de los hechos.

Las autoridades españolas, que han declarado que lo que ha sucedido en el consulado saudí ha causado “consternación” en nuestro país, se encuentran en una difícil situación, según se ha puesto de manifiesto este Martes en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados,  y en víspera de que este Miércoles el Presidente del Gobierno se dirija al Pleno del Congreso para explicar su posición sobre un problema que ocupa la atención de todos los países de la Unión Europea, especialmente después de que la canciller Merkel haya hecho un llamamiento a todos los países para que dejen de vender armas al régimen saudita, armas que está utilizando para el conflicto con el Yemen.

Según se ha decidido en la Comisión de Defensa, España seguirá vendiendo material de defensa a Arabia Saudí, por lo que no seguirá el camino iniciado por Alemania, ya que la Comisión ha rechazado este martes las iniciativas impulsadas por Podemos y los grupos independentistas catalanes para suspender las transacciones de armamento con aquel país. 

Un texto que, de salir adelante, habría dejado en el aire el contrato de los astilleros de Cádiz con Arabia para la construcción de cinco corbetas, por 1.800 millones y con 6.000 puestos de trabajo. Los socialistas han tenido que contar con el apoyo del  PP para rechazar la ofensiva de Podemos e independentistas.


(*) Periodista y economista español


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