jueves, 18 de octubre de 2018

El presupuesto italiano amenaza con alimentar el rechazo a reformar el euro

BRUSELAS.- La polémica en torno al presupuesto italiano, que incumple las normas de disciplina comunitaria, amenaza con dar argumentos a los países más escépticos con la reforma de la eurozona justo cuando entran en la recta final las negociaciones para cerrar un acuerdo en diciembre.

Los líderes de la Unión Europea celebraron hoy una "cumbre del euro" para evaluar los avances conseguidos en las conversaciones desde junio.
El primer ministro italiano Giuseppe Conte, aprovechó el encuentro para presentar las cuentas a sus colegas, por iniciativa propia y a pesar de que no estaba en la agenda, y mantener reuniones bilaterales con los líderes de Alemania, Francia y Holanda en las que tantear el grado de preocupación entre las grandes potencias del euro.
Roma envió el lunes a Bruselas un borrador de presupuesto de 2019 que plantea un aumento de déficit, gasto y deuda pública que han llevado a la Comisión Europea (CE) a advertirle formalmente de que incumple las reglas.
Con este telón de fondo, el primer ministro holandés, Mark Rutte, fue el más explícito sobre su preocupación con unos presupuestos que considera "no son buenos para Italia ni para la eurozona" y al declarar que "apoya totalmente" a la CE si tiene que rechazarlo.
Rutte fue más allá y aseguró que las dudas sobre Italia pueden afectar a la reforma de la eurozona y que incluso aquellas decisiones que "no están muy lejos" podrían "verse afectadas por las preocupaciones que ahora tenemos todos sobre Italia".
A las voces críticas se sumaron el primer ministro finlandés, Juha Sipilä, y el canciller austríaco, Sebastian Kurz, quien incidió en que los criterios "son válidos para todos" y recordó que en el pasado se vio "de forma muy negativa que algunas veces se hicieron excepciones para grandes Estados".
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, admitió durante la rueda de prensa tras el encuentro que varios colegas le han pedido que no dé más flexibilidad a Italia y aseguró que "no tienen intención" de hacerlo, recordado que Roma es el "único país" que ha aprovechado todo el margen de maniobra que dan las normas.
Holanda, Austria y Finlandia se encuentran entre los países más escépticos con respecto a la reforma de la eurozona, y el incumplimiento de Italia, admiten fuentes europeas, podría servirles de "munición" en contra de unas medidas que buscan aportar soluciones comunes para crisis en cualquier miembro del euro.
De hecho, ocho Estados encabezados por Holanda (Irlanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania) firmaron el año pasado una carta en la que pedían justamente que no se avanzase en reformas de calado mientras los países no saneasen sus propias finanzas nacionales, temerosos de tener que costear los desmanes de otros.
El desvío de Italia, a quien ya se tenía en el punto de mira por sus dificultades para reducir la deuda (en el 137 % del PIB) y morosidad de sus bancos, da argumentos a quienes demandan más reducción de riesgos antes de ponerlos en común con instrumentos como el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos.
Más indulgentes con Roma se mostraron Alemania y Francia, quienes recordaron que corresponde a la Comisión evaluar las cuentas e insistieron en que deben conseguirse resultados sobre la reforma del euro en diciembre.
"Francia respeta el procedimiento y lo que nos gustaría es que Italia tuviera el máximo crecimiento posible para que la vida de los ciudadanos fuera lo mejor posible", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.
La canciller alemana, Angela Merkel, pidió "un diálogo bueno, honesto y transparente" entre Bruselas y Roma e incluso señaló que algunas de las reformas estructurales propuestas por el Gobierno italiano "pueden ser buenas" para el país.
Los líderes de la UE reafirmaron su compromiso de que en diciembre haya sobre la mesa un paquete para la reforma del euro, por lo que pedirán a sus ministros acelerar los trabajos técnicos.
Las discusiones se centran en el cortafuegos para el Fondo Único de Resolución bancaria (cuyo fin es garantizar que se pueden costear las resoluciones ordenadas por las autoridades europeas) y en reforzar el poder del Mecanismo de Estabilidad Europeo (el fondo de rescate) en futuros programas de asistencia financiera.
En ambos puntos se ha avanzado en la negociación, no así en el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, dónde debe pactarse un calendario para iniciar negociaciones políticas.

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