DUBLÍN.- El recuento de votos del referéndum
sobre la blasfemia y los comicios presidenciales celebrados el viernes
comenzó hoy en Irlanda, con el actual jefe del Estado, Michael D.
Higgins, camino de la reelección con una contundente victoria, según los
primeros sondeos.
Una encuesta efectuada a pie de
urna por la cadena pública RTE otorgó a Higgins, de 77 años, el 58,1 %
de apoyo, mientras que el 71 % del electorado dijo "sí" a la eliminación
de un artículo de la Constitución que ilegaliza la blasfemia.
Los resultados finales podrían conocerse a última hora
de la tarde de hoy o el domingo por la mañana, tras el comienzo a las
08.00 GMT del recuento de sufragios emitidos en las dos citas, en las
que la participación podría situarse por debajo del 50 %.
De acuerdo con la RTE, cuyos sondeos suelen tener un alto grado de
fiabilidad, el controvertido empresario Peter Casey logró el segundo
puesto en las presidenciales, muy lejos de Higgins, con el 21 % de
votos.
Les siguen con un 7 % la candidata del
nacionalista Sinn Féin (el único partido político grande que ha optado
por presentar un candidato que desafiara a Higgins), la eurodiputada
Liadh Ní Riada.
Después se situarían el empresario
Séan Gallagher y la activista por los derechos de los desfavorecidos
Joan Freeman, ambos con un 6 %, y el experto en comunicaciones y
emprendedor Gavin Duffy, con un 2 %.
Todas las
encuestas efectuadas durante la campaña predijeron la victoria de
Higgins, cuyo apoyo estuvo siempre cerca del 70 %, mientras que el de
Casey, un emigrante retornado desde Estados Unidos de 61 años, nunca
superó el 2 %.
Su repunte final, según los expertos,
se debe a unas polémicas declaraciones efectuadas al final de la
campaña, cuando Casey criticó a los "nómadas irlandeses", a los que el
Gobierno de Dublín concedió en 2017 la condición de "grupo étnico
minoritario".
El empresario afirmó que no son
diferentes en términos raciales al resto de la ciudadanía nativa, al
tiempo que su forma de vida itinerante consiste, dijo, en "acampar en
las tierras de otros", lo que llevó al resto de candidatos a tacharlo de
"intolerante", "racista" y "populista".
Respecto al
referéndum, que saldría adelante con mayoría simple, todos los partidos
políticos irlandeses, grupos sociales de diversa índole y las Iglesias
protestante y católica habían pedido el "sí" a la abolición del delito
de blasfemia.
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