WASHINGTON.- Las fuerzas de seguridad estadounidenses han interceptado este viernes
dos nuevos paquetes enviados al senador Cory Booker y a James Clapper,
ex director de Inteligencia Nacional durante el Gobierno de Barack
Obama, lo que eleva a doce los envíos sospechosos realizados en los
últimos días a destacados demócratas.
El FBI ha confirmado en Twitter que ha localizado un paquete “de apariencia similar a los anteriores” enviado a Booker, senador por Nueva Jersey. De acuerdo con CNN, ha sido interceptado en una oficina postal de Florida.
Poco después, la prensa local ha informado de que en una oficina postal de Manhattan se ha encontrado otro paquete sospechoso dirigido a Clapper y a CNN. Las instalaciones han sido evacuadas como medida preventiva, según CNN.
“Mi mujer y yo estamos fuera de casa en estos momentos y nuestros
vecinos han estado ocupándose de nuestro correo. Estamos muy preocupados
por ellos”, ha dicho Clapper. “Definitivamente, esto es terrorismo
domésticos”, ha afirmado, subrayando que estas acciones “no silenciarán a
los críticos de la Administración”.
En días anteriores, se han interceptado paquetes con material explosivo dirigidos a Obama, el matrimonio formado por el ex presidente Bill Clinton y la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, el ex vicepresidente Joe Biden, el ex director de la CIA John Brennan, varios congresistas y el actor Robert de Niro.
El dirigido a Brennan llegó a la sede de CNN en Nueva York porque el ex director de la CIA era un invitado asiduo de la televisión estadounidense. La Policía desalojó todo el edificio de Time Warner, que alberga el cuartel general de CNN, que permaneció así varias horas.
La ola de envíos comenzó con el que llegó el pasado lunes a la casa del multimillonario George Soros, que fue el único paquete que alcanzó su destino. Todos los demás fueron interceptados antes de que llegaran a manos de sus destinatarios.
Los demócratas y CNN han reprochado al presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, su retórica incendiaria contra el partido
contrario y la prensa. Trump, por su parte, ha reconocido que
estos envíos son un “acto de violencia política” pero ha señalado a los
medios de comunicación como responsables.
“Es divertido cómo la CNN, con baja audiencia, y otros pueden
criticarme cuando quieran, incluso acusarme del actual aluvión de bombas
y compararlo ridículamente con el 11-S y el ataque con bomba en la
Ciudad de Oklahoma, pero cuando yo les critico a ellos se ponen furiosos
y gritan: ‘¡Eso no es presidencial!'”, ha escrito este viernes en
Twitter.
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