LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, intentó este lunes
sofocar la rebelión dentro de su partido conservador contra su
estrategia para el Brexit, al presentar en el Parlamento su plan para
salir del bloqueo sobre el asunto de la frontera.
A cinco meses
del divorcio, previsto el 29 de marzo de 2019, la jefe del gobierno
afirmó que "95 % del acuerdo de retirada" ya está solucionado, pero que
resta el punto de desacuerdo "considerable", sobre como impedir el
retorno de una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del
Norte y la República de Irlanda.
"Debemos explorar todas las opciones posibles para salir del bloqueo, y es lo que hago", declaró Theresa May.
Las
críticas contra ella por su supuesta ineptitud para llevar adelante las
negociaciones con la UE se multiplican tras el fracaso de la cumbre de
la UE de octubre.
Según la prensa británica, algunos diputados de la mayoría conservadora se disponen a cuestionar su liderazgo.
"Las
negociaciones sobre el Brexit no son sobre mí o mi destino personal. Se
trata del interés nacional. Y ello implica hacer buenas elecciones, y
no elegir lo más fácil", dijo May al diario The Sun.
Pero
el futuro de la frontera entre la provincia británica de Irlanda del
Norte y la República de Irlanda sigue bloqueando el cierre del acuerdo.
Las
dos partes quieren evitar que se restablezcan los controles fronterizos
y una frontera física para preservar los acuerdos de paz de 1998 en
Irlanda del Norte, pero no se ponen de acuerdo sobre cómo lograrlo.
"Fui muy clara sobre el hecho de que debemos lograrlo sin crear una
frontera, sea cual sea, entre Irlanda del Norte y el resto del Reino
Unido", recordó May.
La UE propone mantener a Irlanda del Norte en
la Unión Aduanera y el mercado único, si no se encuentra ninguna otra
solución, lo que es inaceptable para May que estima que ello afecta la
"integridad del Reino Unido".
Propone en cambio que el Reino Unido se mantenga alineado a las
reglas aduaneras de la UE hasta la firma de un acuerdo comercial más
amplio.
Esto le valió las críticas de los defensores del Brexit,
partidarios de una ruptura neta y rápida con la UE, que temen que esa
solución se convierta en permanente e impida al Reino Unido sellar
acuerdos comerciales con terceros países tras el Brexit.
"Las últimas fases de las discusiones serán las más difíciles", predijo May.
La
presión volvió a subir cuando May no descartó el jueves, durante la
cumbre, la posibilidad de extender "unos meses" el periodo de transición
post-Brexit, que debe durar en principio hasta finales de 2020.
Durante este periodo el país permanecerá alineado a las reglas de la UE pero sin participar en las tomas de decisión.
Según
la prensa existe la posibilidad de una moción de censura contra May. La
dirigente está invitada a explicarse el miércoles ante el Comité 1922,
que gestiona la organización interna de los 'tories' y tiene capacidad
para activar esa moción.
El DUP, el partido unionista norirlandés, indispensable para la
mayoría absoluta de May en la Cámara de los Comunes, amenazó por su
parte con retirarle su apoyo en el voto del presupuesto el 29 de octubre
si Irlanda del Norte no tiene el mismo destino que el resto del país.
Además
unos 41 diputados conservadores podrían apoyar una enmienda esta semana
que impida la instauración de barreras entre Irlanda del Norte y el
resto del país sin el aval de la asamblea regional.
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