LONDRES.- La primera ministra Theresa May luchaba el jueves por salvar un borrador
del acuerdo de divorcio con la Unión Europea después de que dimitieran
su secretario para el Brexit y otros ministros al considerar que el
pacto con Bruselas mantendrá a Reino Unido en la órbita del bloque
durante años.
Un día después de que May anunciara que su equipo de ministros
principales había aceptado los términos del borrador del acuerdo, el
ministro para el Brexit, Dominic Raab, y la ministra de Trabajo y
Pensiones, Esther McVey, renunciaron, alegando que no podían apoyar el
pacto.
Su salida, y las renuncias de dos ministros de rango más
bajo, junto a los rumores de otros que están estudiando abandonar sus
cargos, dejan en situación precaria al dividido Gobierno de May y su
estrategia para el Brexit. Ante este panorama, aumentan las
posibilidades de que Reino Unido salga de la UE sin un acuerdo y algunos
parlamentarios cuestionaron abiertamente que el Gobierno de May pueda
sobrevivir.
La hostilidad hacia el acuerdo por parte de los
legisladores del partido gobernante y de la oposición en el Parlamento
sembraron dudas sobre la estrategia de Brexit promovida por May y
aumentaron el riesgo de que Reino Unido abandone la UE el 29 de marzo
sin un acuerdo.
Jacob Rees-Mogg, líder de un grupo conservador
euroescéptico en el Parlamento, presentó una carta pidiendo un voto de
no confianza para May con el argumento de que el borrador del acuerdo es
“peor de lo anticipado”.
El liderazgo de May se verá desafiado
si los 48 conservadores escriben cartas de este tipo. La primera
ministra podría ser derrocada si 158 de sus 315 diputados votan en su
contra.
Un diputado euroescéptico aseguró que más colegas están enviando cartas o, al menos, cada vez más están dispuestos a hacerlo.
Boris
Johnson, un destacado crítico de los planes de Brexit de May que no
ocultó su ambición política, asistió a una reunión del Grupo de
Investigación Europeo, donde Rees-Mogg y sus miembros conversaron sobre
cuántas cartas de no confianza habían sido enviadas.
Rees-Mogg dijo a los periodistas que el próximo primer ministro debería ser una persona que crea en el Brexit.
Raab
es el segundo secretario de Brexit en renunciar a los planes de May
para abandonar la Unión Europea, un divorcio que supondrá el mayor
cambio en la política británica en más de 40 años.
Tras esta decisión, algunos sugirieron que Raab podría posicionarse como candidato a suceder a May.
No
obstante, la primera ministra mostró pocas señales de echar marcha
atrás. Ante el Parlamento, la mandataria advirtió a los diputados de que
ahora se enfrentaban a una decisión difícil.
“La
elección es clara. Podemos optar por irnos sin acuerdo, arriesgarnos a
que no haya Brexit de ningún tipo, o podemos elegir estar unidos y
apoyar el mejor acuerdo posible”, dijo.
May dijo que estaban
equivocados los parlamentarios que creían que podía lograrse un acuerdo
que no incluyera una salvaguarda para evitar el regreso de una frontera
dura a la isla de Irlanda.
Su portavoz dijo que May tenía la
intención de ser primera ministra cuando Reino Unido abandone el bloque
en marzo del próximo año y que lucharía por mantener su cargo si se
convocara un voto de confianza.
En
los mercados, la libra esterlina registraba para su segunda caída más
grande este año al comprobarse la oposición al borrador de acuerdo.
Los
reguladores financieros británicos llamaron a los principales bancos
pidiendo comentarios sobre las condiciones del mercado debido a las
fuertes caídas en la libra y las acciones, dijeron las fuentes.
En
el Parlamento, los diputados de su Partido Conservador y los partidos
de la oposición se turnaron para criticar el borrador del acuerdo, un
síntoma de que May se enfrenta a una tarea casi imposible para lograr la
luz verde en la Cámara de los Comunes.
Muchos criticaron el
borrador del acuerdo, pactado con la UE el martes, por convertir a Reino
Unido en un estado “vasallo”, atenazado por las reglas del bloque
incluso después de salir de la unión el 29 de marzo.
Otros
dijeron que un acuerdo sobre la llamada salvaguarda rompería Reino
Unido, dejando a Irlanda del Norte en el mercado único de la UE.
“Es...
matemáticamente imposible aprobar este acuerdo en la Cámara de los
Comunes. La cruda realidad es que estaba muerto nada más llegar”, dijo
el parlamentario conservador Mark Francois.
Fue el acuerdo para
la salvaguarda, que supondría que Reino Unido y la UE establecieran un
territorio aduanero único, lo que provocó la mayoría de las críticas.
“No
puedo conciliar los términos del acuerdo propuesto con las promesas que
hicimos al país en nuestro manifiesto en la última elección”, dijo
Raab.
A menos de cinco meses para que Reino Unido abandone la UE, las renuncias ponen en duda la estrategia Brexit de May.
Los
líderes de la UE están listos para reunirse el 25 de noviembre con el
fin de firmar el Acuerdo de Retirada, pero el primer ministro francés,
Edouard Philippe, resumió la incertidumbre cuando dijo que los eventos
en Londres generan inquietud sobre la posibilidad de ratificarlo.
“Necesitamos prepararnos para un Brexit sin acuerdo”, dijo.
Un
diputado euroescéptico del Partido Conservador de May dijo que más
colegas estaban enviando cartas, o cada vez tenían más deseos de
enviarlas, para poner en marcha un voto de censura sobre su liderazgo.
Se
puede presentar una moción si 48 conservadores envían estas
notificaciones. May podría ser derrocada si 158 de sus 315
parlamentarios votan en su contra.
El Partido Laborista británico, principal grupo de la oposición, dijo que el Gobierno se estaba “desmoronando”.
“Theresa
May no tiene autoridad y es claramente incapaz de entregar un acuerdo
para el Brexit que cuente ni siquiera con el apoyo de su gabinete, por
no hablar del Parlamento y la gente de nuestro país”, dijo Jon Trickett,
miembro del equipo principal del líder laborista Jeremy Corbyn.
Raab,
de 44 años, fue designado para desempeñar el cargo de secretario del
Brexit en julio de este año tras la renuncia de su predecesor David
Davis, quien también renunció en protesta por la estrategia de May para
el Brexit.
Entre las principales críticas de Raab al acuerdo de
May, el ya exministro considera que la búsqueda de una unión aduanera
con la UE sería el “punto de partida” para las conversaciones sobre la
futura relación con el bloque, “perjudicando gravemente” a Reino Unido
en esa negociación.
Dijo que el plan de May amenazaba la
integridad de Reino Unido y que no podía apoyar un acuerdo de
salvaguarda indefinido —para evitar un regreso a una frontera dura en la
isla de Irlanda— en el que la UE tenga un veto sobre la capacidad de
Reino Unido para abandonarlo.
El acuerdo de salvaguarda entrará
en vigor si un futuro acuerdo comercial no impide el regreso de una
frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte e
Irlanda, miembro de la UE. Este tema ha sido el principal escollo no
solo para un acuerdo con el bloque, sino para cualquier acuerdo entre
los principales ministros de May.
El Partido Unionista
Democrático de Irlanda del Norte, del que depende May para su mayoría
parlamentaria, ya había amenazado con retirar su apoyo al Gobierno si la
salvaguarda significaba que el territorio de Irlanda del Norte era
tratado de manera diferente al resto de Reino Unido.
“Ninguna
nación democrática se ha obligado a regirse por un régimen tan extenso,
impuesto externamente sin ningún control democrático sobre las leyes
que deben aplicarse, y sin la capacidad de decidir abandonar el
acuerdo”, dijo Raab en su carta de renuncia.
“Ese acuerdo también
se toma ahora como punto de partida para negociar la futura asociación
económica. Si aceptamos eso, perjudicará gravemente al Reino Unido en la
segunda fase de las negociaciones”.
Los euroescépticos en el
partido de May temían que la primera ministra llevara a Reino Unido
hacia una unión aduanera con la UE, algo que, según ellos, significaría
que el Brexit sería solo nominal.
Ian Blackford, líder del
Partido Nacional Escocés en la Cámara de los Comunes, dijo que el
acuerdo estaba “condenado al fracaso”.
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