BRUSELAS.- Italia volvió a presentar su proyecto presupuestario para el próximo año
a la Comisión Europea con los mismos supuestos de crecimiento y déficit
que un borrador rechazado el mes pasado por infringir las normas de la
Unión Europea, pero con una deuda más baja.
El pronóstico de la caída de la deuda, que Italia quiere lograr
mediante el uso de fondos equivalentes al 1 por ciento del PIB
procedentes de privatizaciones, aborda una de las principales
preocupaciones de la Comisión sobre el borrador anterior: que la deuda
pública no caiga tal como requieren las normas de la UE.
Pero el
presupuesto revisado aún prevé aumentar el déficit estructural —que
excluye las circunstancias coyunturales y los cambios cíclicos— en un
0,8 por ciento del PIB el próximo año, en lugar de la reducción del 0,6
por ciento del PIB que exigen las normas de la UE.
Las
proyecciones para las cuentas públicas, junto con el hecho de que la
Comisión considera que las metas de crecimiento son irreales, mantiene a
Roma en una senda de colisión con la Comisión, que tiene que emitir una
opinión sobre el borrador revisado el 21 de noviembre.
“Aunque
impulsa su plan de privatización y se compromete a mitigar los gastos
excesivos, el Gobierno italiano no ha modificado sus objetivos de
déficit. Esto probablemente llevará a la Comisión Europea a recomendar
un procedimiento de infracción”, dijo Daniele Antonucci, economista de
Morgan Stanley.
Las normas fiscales de la UE requieren que los
gobiernos altamente endeudados, como Italia, reduzcan su déficit
estructural y su deuda cada año.
La
Comisión Europea, encargada de supervisar el cumplimiento de las
reglas, tuvo la opción de iniciar medidas disciplinarias contra Roma por
no reducir su deuda lo suficientemente rápido en el borrador anterior.
Sin
embargo, ahora Roma prevé que su deuda pública caiga al 129,2 por
ciento del PIB en 2019, al 127,3 por ciento en 2020 y al 126,0 por
ciento en 2021, frente al 130,9 por ciento previsto para este año.
La
Comisión pronosticó la semana pasada que la deuda de Italia estaría en
el 131,1 por ciento del PIB este año y no esperaba grandes cambios hasta
2020.
Italia mantuvo sus
supuestos de crecimiento económico, del 1,5 por ciento en 2019, 1,6 por
ciento en 2020 y 1,4 por ciento en 2021, mientras que la Comisión cree
que el próximo año el crecimiento de Italia será del 1,2 por ciento y el
Fondo Monetario Internacional es aún menos optimista, con un pronóstico
del 1,0 por ciento. Los economistas del mercado también son escépticos.
“Somos más bajistas de lo que pronosticó el Gobierno”, dijo Antonucci de Morgan Stanley.
El
objetivo de déficit de Italia para el próximo año sigue siendo del 2,4
por ciento, por encima del 1,8 por ciento esperado este año, para
financiar promesas electorales de mayor gasto y recortes de impuestos.
Sin
embargo, la Comisión cree que un crecimiento más lento de lo previsto,
así como un mayor coste por los intereses de la deuda, aumentarán la
brecha al 2,9 por ciento en 2019 y al 3,1 por ciento en 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario