PARÍS.- La Agencia Internacional de la
Energía (AIE) se muestra satisfecha de que el mercado petrolero se haya
relajado todavía más en las últimas semanas gracias al fuerte aumento de
las extracciones de los principales productores que han conjurado los
riesgos que se planteaban por Irán y Venezuela.
En
su informe mensual sobre la coyuntura del mercado petrolero publicado
hoy, la AIE señala que los datos más recientes muestran que el
incremento de la producción se ha acelerado porque "los tres grandes",
Rusia, Estados Unidos y Arabia Saudí, "están bombeando a niveles
récord".
Hasta el punto de que globalmente se ha superado el umbral de los 100 millones de barriles diarios.
A su parecer, es una muestra de que su llamamiento del pasado verano
para aumentar las extracciones de crudo han surtido efecto por las
amenazas que se aventuraban entonces, y de que cuando mejor funciona el
sector petrolero es cuando todas las partes colaboran.
Por eso, aun admitiendo que no sería conveniente que los precios del
barril bajaran demasiado, pide que se mantenga la "diplomacia petrolera"
que ha funcionado con éxito este año "para garantizar la estabilidad
del mercado".
Una demanda que llega inmediatamente
después de que Arabia Saudí haya anunciado su intención de recortar su
producción en 500.000 barriles diarios para poner fin al súbito bajón de
la cotización del barril de brent, que del techo de 86 dólares
alcanzado a comienzos de octubre ha pasado a situarse por debajo de los
70 dólares.
Sin embargo, el presidente
estadounidense, Donald Trump, lanzó ayer una advertencia a Riad, a
través de Twitter, para que no se embarque por esa vía.
La disminución de la producción será el plato fuerte el próximo mes de
diciembre en la reunión ministerial de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP).
La AIE, que
representa a los grandes consumidores de energía miembros del mundo
desarrollado, empezando por EE.UU., insiste en que la situación actual
de aumento de las reservas (en la OCDE subieron en 58,1 millones de
barriles entre julio y septiembre, el mayor incremento desde 2015), más
que un riesgo constituye "una forma de seguro".
Y
aunque reconoce que los países productores no tienen interés en que el
precio del barril baje mucho, hace notar que hay potenciales
preocupaciones de cara al futuro, porque Estados Unidos mantiene su
voluntad de hacer plenamente efectivo su embargo a Irán y reducir a 0
las exportaciones de crudo de ese país, que ahora representan 1,8
millones de barriles diarios.
También recuerdan los
autores del informe las incertidumbres sobre la estabilidad de las
extracciones en Libia, Nigeria y Venezuela.
En
octubre, hubo descensos de 480.000 barriles diarios para Irán y de
140.000 barriles para Venezuela (que se quedó en 1,26 millones), pero
eso fue más que compensado por otros países del cártel petrolero (en
particular Arabia Saudí), de forma que la producción de la OPEP se
incrementó en 200.000 barriles diarios hasta los 32,99 millones de
barriles diarios.
A escala global, los 100,7
millones de barriles diarios que salieron al mercado en octubre suponen
2,6 millones más que un año antes.
Ahí ha pesado
sobre todo Estados Unidos, convertido en el "número uno" mundial y que a
comienzos de noviembre estaba bombeando 11,6 millones de barriles
diarios, por delante incluso de los 11,4 millones a los que llegó Rusia
en octubre.
La agencia mantiene prácticamente sin
cambios sus perspectivas sobre la demanda global de petróleo para este
año y el próximo. En 2018 calcula que será de 99,2 millones de barriles
diarios, lo que significa 1,3 millones más que en 2017.
Para 2019, el mercado absorberá al día 1,4 millones de barriles
suplementarios, lo que significa 100.000 más de lo que había calculado
el mes pasado. Hay dos efectos simultáneos: la economía da signos de
ralentización en la mayor parte de las regiones pero, al mismo tiempo,
el bajón de los precios es un estímulo del consumo.
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