WASHINGTON.- La
ofensiva total a nivel comercial lanzada por Donald Trump ha difuminado
los puntos de referencia políticos en algunos estados muy vulnerables.
El
comercio no es, ni mucho menos, el tema que domina la campaña para las
elecciones legislativas de medio término que se celebrarán el martes en
Estados Unidos. Pero algunos escaños en la Cámara de Representantes en
los estados más afectados por esa guerra podrían ser decisivos en el
caso de una votación ajustada.
"Tenemos
evidencia razonablemente tangible de que las personas que se inclinaron
claramente hacia la derecha (en las elecciones presidenciales) han
regresado al centro", dice David Swenson, economista de la
Universidad de Iowa. "Hay una sensación de conciencia compartida de que
lo que pasa en Washington no está contribuyendo de manera positiva al
bienestar de la gente aquí en Iowa", dijo.
Tierra
productora de soja, Iowa (estado del centro del país), sufre las
represalias de China a las tarifas aduaneras impuestas por la Casa
Blanca a cientos de miles de millones de dólares de las importaciones
realizadas desde del gigante asiático.
Este
estado había votado por el presidente republicano en los comicios de
2016 después de haber sufragado dos veces corridas por el demócrata
Barack Obama en instancias anteriores.
Por
lo tanto, la banca en la Cámara de Representantes de Rod Blum, el
candidato republicano, parece estar en peligro por estos efectos
colaterales. Hace unas semanas, aclaró en declaraciones al New York
Times que no estaba a punto de tirarse por la ventana: "Pero está
entreabierta", agregó jocosamente.
En la prensa local, dijo estar convencido de que los agricultores harán una muestra de "paciencia".
Los
demócratas buscan apresurarse en acortar la brecha. Troy Price, el
presidente del partido en Iowa, dijo que no entendía por qué
los republicanos locales "les llevó meses" antes de evocar la guerra
comercial, ni "por qué no están peleando más duro" para convencer al
presidente Trump de que suavice su posición a nivel comercial.
Al
sentir que avanzan los nubarrones, el gobierno de Trump ha otorgado una
ayuda de emergencia de 12.000 millones de dólares para compensar las
pérdidas de ingresos de los agricultores.
Y el viernes, a días de las elecciones, Trump dijo que "se alcanzará un muy buen acuerdo con China".
Encuestas
a nivel nacional desde el verano pasado muestran que la mayoría de los
estadounidenses se oponen a las tarifas de Trump y temen que puedan
dañar a los consumidores y los empleos.
El
riesgo es que los agricultores y ganaderos tradicionalmente
republicanos, pero que ahora están muy en contra de la política
comercial de Donald Trump, favorezcan el voto demócrata al abstenerse de
ir a las urnas.
En
Illinois, hay que conciliar intereses industriales y agrícolas. El
arancel del 25% sobre el acero y el aluminio importados dio un impulso a
la industria siderúrgica local, que comenzó a contratar nuevamente.
En
el distrito sur de este estado, muy conservador, el republicano Mike
Bost está buscando mantener su banca frente al demócrata Brendan Kelly.
Ninguno de los dos competidores cuestiona los motivos de las tarifas,
sino todo lo contrario.
Bost
incluso los ha defendido férreamente, mientras que Kelly comparte de
muchas maneras los objetivos de Donald Trump sobre la protección
comercial.
Sin embargo, el republicano parece más vulnerable porque Kelly es apoyado por el sindicato de trabajadores del acero.
Pero en esta región también se cultivan soja y otros productos agrícolas.
"El
sur de Illinois se encuentra en una situación económica tan terrible
que no se necesita mucho para afectar negativamente la vida cotidiana de
las personas", declaró a la AFP Andrew Theising, profesor de ciencias
políticas en la Universidad Southern Illinois-Edwardsville.
"Si
sacamos un tercio de la cosecha de soja de estos agricultores,
ciertamente ello es suficiente para que sus intereses económicos
prevalezcan sobre sus convicciones políticas", dijo.
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