SHANGHÁI.- El futuro del fabricante
de aviones estadounidense Boeing en China podría estar en peligro por la
guerra comercial entre Pekín y Washington, una perspectiva que preocupa
al sector reunido estos días en el mayor salón aeronáutico del gigante
asiático.
Desde hace unos meses, la administración del presidente
Donald Trump impone aranceles a 250.000 millones de dólares de
importaciones chinas anuales.
China, que ya aplica aranceles similares en represalia,
podría ahora atacar a Boeing, una empresa estadounidense emblemática y
la que más exporta.
En el salón de Zhuhai (sur), preocupa el futuro del fabricante, cuyas exportaciones a China representan el 20% del total.
Pero
John Bruns, el presidente de Boeing China, aseguró el martes con una
sonrisa que "confía" en que se reanude el "diálogo" entre Pekín y
Washington "porque una industria aeronáutica sana interesa a ambos
países".
En privado, la preocupación es real porque la mayoría de
compañías aéreas chinas que compran aviones a Boeing dependen del
Estado, que podría tomar medidas de represalia.
Según Vinay
Bhaskara, un analista de Airways Magazine, la sanciones podrían
traducirse en la "anulación de pedidos, quizás de hasta un 30% o 40%, en
favor de Airbus", el competidor europeo de Boeing. "Hoy existe una
posibilidad entre cuatro para que esto suceda", dijo.
La
situación inquieta a la compañía de Chicago, que en 2017 anunció un
macrocontrato para vender 300 aviones a China por 38.000 millones de
dólares (33.000 millones de euros).
Pekín amenazó en abril con
imponer un arancel adicional del 25% a uno de los modelos del Boeing 737
pero de momento no lo ha aplicado.
Además, según la agencia
financiera Bloomberg, la compañía china Xiamen Airlines, que lleva más
de 30 años comprando aviones Boeing, estaría negociando por primera vez
con Airbus.
Richard Aboulafia, analista de Teal Group, una
consultoría estadounidense especializada en el mercado aéreo, asegura
que los problemas de Boeing serían "una muy buena noticia" para Airbus y
apunta que eso podría ayudarle a "alcanzar su objetivo de producir 70
aviones monopasillo al mes" del modelo A320.
Boeing
y Airbus compiten en el mercado chino, el segundo del mundo para los
aviones, que en 2020 podría superar a Estados Unidos, según datos de la
Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
En China,
Boeing supera de momento a su rival, con 202 aviones entregados el año
pasado contra 176. Pero las tensiones comerciales crecientes en Pekín y
Washington podrían favorecer al fabricante europeo.
Por su parte
el director de Airbus en China, Xu Gang, aseguró el martes en Zhuhai que
"nadie sale vencedor de una guerra comercial".
Según Xu, el
conflicto genera incertidumbre y "muchos despidos" en las empresas
privadas chinas y supone "una amenaza" para el poder adquisitivo de la
clase media china, la principal clientela del transporte aéreo. "Tendrá
un impacto negativo en el crecimiento del sector", advirtió.
Pero
incluso si Boeing pierde cuota de mercado en China, no está claro que
Airbus tenga la capacidad suficiente para fabricar los aviones
necesarios.
Richard Aboulafia apunta que Airbus ha aumentado su
cadencia de producción en su planta de Tianjin (norte) y que las
instituciones chinas disponen además de aviones prestados a compañías
extranjeras que podrían recuperar en caso de que decidan boicotear a
Boeing.
"Cuando terminen esos préstamos, los aviones podrán
repatriarse. En resumen, si China deja de lado a Boeing y mezcla aviones
de Airbus con esos de segunda mano podrá sobrevivir sin Boeing y mandar
así un mensaje de firmeza a Trump", asegura.
El mandatario
estadounidense dijo la semana pasada que esperaba un "muy buen acuerdo"
comercial con China antes de su reunión prevista en la cumbre del G-20
con su homólogo chino Xi Jinping.
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