TEHERÁN.- La segunda ronda de sanciones estadounidenses contra
Irán será "más destructiva psicológicamente" pero no logrará detener las
exportaciones petroleras, según Arash Nayafí, alto cargo en varios
organismos del sector energético iraní.
Nayafí,
vicepresidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Comercio de
Irán, explicó que las nuevas sanciones que
entran en vigor mañana "complementan" a las impuestas en agosto, pero
"su influencia psicológica va a ser más destructiva".
Ante las declaraciones de las autoridades iraníes de que
estas sanciones no pueden tener un efecto más negativo sobre la
economía, el responsable indicó que en realidad "la creencia es que el
país será testigo de una situación peor a la actual".
"Estamos entrando en una guerra económica y para nosotros tendrá sus
propias consecuencias. No se puede negar que sufriremos algunos daños en
ese conflicto", dijo Nayafí, quien también es miembro de la junta
directiva de la Federación de la Industria de Petróleo de Irán.
El Gobierno estadounidense impondrá mañana una nueva ronda de sanciones
a Irán que incluyen la venta de petróleo, la prohibición a las
transacciones financieras con su Banco Central y restricciones al sector
portuario.
Sin embargo, pese a que Washington había
amenazado con reducir "a cero" las exportaciones petroleras de Irán, el
secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció hace dos días
que se eximirá temporalmente a ocho de los países clientes del crudo
iraní.
"A cero no va a llegar la exportación de
petróleo de Irán. EE.UU. nunca puede subestimar a los iraníes porque
tenemos capacidades especiales de gestión (para afrontar las
sanciones)", aseguró Nayafí.
Irán estuvo bajo una
presión mayor hasta la firma del acuerdo nuclear de 2015, que estipulaba
limitaciones al programa atómico de Teherán a cambio del levantamiento
de las sanciones internacionales, que en esa época estaban respaldadas
también por Europa y la ONU.
En la actualidad, solo
EE.UU. ha vuelto a imponer sanciones contra Irán, pero al ser estas
extraterritoriales afectan a cualquier país y empresa que hagan negocios
con el país persa.
"Nosotros no nos sentaremos de
brazos cruzados ante EE.UU.. Cuando estamos frente a problemas, tomamos
medidas", adelantó Nayafí, también presidente del grupo empresarial
Maharem y de la Asociación para la Mejora del Consumo de Energía de
Irán.
Al respecto, afirmó que Irán desplegará todos
sus esfuerzos para continuar "aunque sea con dificultades" las
exportaciones petroleras, que superaron los 2,5 millones de barriles
diarios en los primeros seis meses de 2018, pero que desde entonces han
caído en unos 800.000 barriles.
"Nuestra ganancia de
divisas va a reducirse y se nos creará una serie de limitaciones, pero
intentaremos encontrar diferentes vías económicas y dar la vuelta a las
sanciones", aseveró.
Nayafí sugirió como medidas
"crear una plataforma de interacción y colaboración con las pequeñas y
medianas empresas asiáticas y europeas", que no se vean afectadas por
las sanciones al no tener intereses en EE.UU..
"Pueden ser nuestros clientes tanto de crudo como de productos derivados
de petróleo, así como asociarse en los procesos de refinería,
extracción y comercio", señaló.
El vicepresidente de
la Comisión de Energía de la Cámara de Comercio reconoció que la
situación actual va a obligar a "usar intermediarios para reducir la
sensibilidad que hay respecto al nombre de Irán".
"Sacaremos el petróleo del país por medio de otras compañías", explicó
Nayafí, quien también se refirió a otros métodos para la venta de crudo a
los dos principales clientes de Irán: China y la India.
La India ha conseguido una exención temporal de EE.UU. para comprar
petróleo iraní y China sigue en negociaciones, pero en opinión de Nayafí
seguirán importando el crudo porque son países "independientes" que
tienen en cuenta "sus propios intereses".
El
inconveniente es que estos países van a empujar a Irán a "un trueque y
no harán una cuenta de divisas": "Posiblemente van a pagarnos con su
moneda y obligarnos de ese modo a que con ese dinero les compremos
productos a cambio del petróleo", lamentó.
Tras
desgranar estos problemas, Nayafí concluyó que "en la guerra económica,
Irán ha de aceptar que tiene que pagar estos costes", al menos por el
momento, ya que -auguró- esta coyuntura "no puede perdurar a largo
plazo".
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