domingo, 30 de diciembre de 2018

Empieza la larga espera de los resultados en República Democrática del Congo

KINSHASA.- La larga espera de los resultados comenzó con el cierre de los centros de votación la noche del domingo en la República Democrática del Congo, donde los candidatos de la oposición denunciaron disturbios durante las elecciones para elegir al sucesor del presidente Joseph Kabila.

Cuatro personas murieron en la provincia de Kivu del Sur, donde un agente electoral quiso llenar las urnas en beneficio del delfín de Kabila, Emmanuel Ramazani Shadary, según una acusación proferida por un allegado del candidato opositor Félix Tshisekedi.
Y no cualquier allegado, sino Vital Kamerhe, expresidente de la Asamblea Nacional, candidato en 2011 y hombre fuerte de Kivu del Sur.
"El pueblo va a asumir su elección", advirtió Kamerhe, quien se convertiría en primer ministro si ganara Tshisekedi.
La mayoría invitó por su parte a la prensa esta misma noche para divulgar, muy probablemente, las primeras tendencias de los comicios presidenciales.
"Ya gané. Seré elegido, seré el presidente a partir de esta noche (domingo)", afirmó Ramazani Shadary después de votar en su colegio electoral en Kinshasa.
Un sondeo dio esta semana perdedor al candidato del poder ante el opositor Martin Fayulu.
Los resultados provisionales no se darán a conocer hasta el próximo sábado, según la Comisión Electoral Nacional Independiente (Ceni).
La cuenta atrás comenzó con el recuento manual de votos en todo el país de las elecciones presidenciales, legislativas y provinciales.
Unos 40 millones de electores, entre ellos muchos jóvenes, estaban convocados a las urnas para elegir en estas elecciones aplazadas tres veces al sucesor del presidente Joseph Kabila, forzado a acatar la Constitución que le impedía presentarse a un tercer mandato.
Kabila, en el poder desde el asesinato de su padre en enero de 2001, votó con su familia en Kinshasa, seguido de su delfín y exministro del Interior.
Es la primera vez que el Congo puede soñar con transmisión pacífica del poder desde la independencia en 1960.
El presidente saliente votó en Kinshasa con su "delfín" designado, su exministro del Interior, Emmanuel Ramazani Shadary.
La Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) estimó que el "clima general del desarrollo de la votación fue relativamente tranquilo".
Los incidentes giraron en torno a "disfunciones de la máquina de votar", la "prohibición de acceso o expulsión de los observadores de los centros de votación" o de los interventores.
En Kinshasa, algunos electores abuchearon al presidente de la Ceni, Corneille Nangaa, que acudió a constatar los problemas en el colegio electoral de Saint-Raphael en Limete.
En este bastión de la oposición, la votación continuó hasta al menos las 22h00 locales debido a los retrasos que se registraron por la mañana en la apertura.
Los mayores problemas fueron con las "máquinas de votación", una pantalla táctil que permite al elector imprimir su papeleta antes de depositarla en la urna y que genera polémica desde hace más de un año.
"No hay máquinas y las pocas que hay tienen problemas, no funcionan y no tenemos material electoral", explicó Pesible, un elector en Kinshasa.
Los electores que pudieron votar no ocultaban su entusiasmo y sus ansias de cambio.
"Porque el Congo ha sufrido demasiado nos merecemos el cambio", resumió un elector en Goma, Patrice Nzanzu, técnico de profesión.
El papa Francisco rezó el domingo por este país africano, instando a todos los actores a garantizar un desarrollo "regular y pacífico" de las elecciones.
Kinshasa rechazó cualquier ayuda logística de la Organización de Naciones Unidas, presente desde hace 20 años en la República Democrática del Congo, así como cualquier misión de observación occidental.
Para la jornada electoral, el poder anunció el cierre de sus fronteras terrestres, lacustres y fluviales con sus nueve vecinos.
En cambio, no se cortó internet, como suele ocurrir ante las jornadas de alta tensión.
La campaña estuvo marcada por la violencia, con una decena de muertos, según una asociación de defensa de derechos humanos, algo que el poder niega.
La noche del sábado, los dos candidatos de la oposición se negaron a firmar un documento destinado a evitar la violencia, cerrando la puerta a una mediación de observadores africanos.

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