LISBOA.- Latinoamérica fue el destino de
cerca del 3% de las exportaciones de Portugal durante este año pero
podría recibir más, según especialistas lusos, que consideran que la
región tiene el potencial de representar el 5 % de las ventas totales
del país.
El mensaje es del Instituto para la
Promoción y el Desarrollo de América Latina (IPDAL) luso, que acaba de
entregar al Gobierno portugués un informe realizado a partir de un
"focus group" con especialistas con estrategias para alcanzar dicha
meta.
Empresas como la petrolera Galp o la aseguradora Cosec,
antiguos gobernantes como el exministro de Economía Augusto Mateus o
diferentes asociaciones sectoriales y cámaras de comercio participaron
en el debate y coinciden: con las medidas adecuadas, las exportaciones
portuguesas pueden conquistar Latinoamérica.
Los
datos del último año son alentadores: sólo entre 2016 y 2017, las ventas
al conjunto de países latinoamericanos se dispararon un 33 %, hasta
alcanzar los 1.700 millones de euros.
"Las empresas
tienen capacidad para reaccionar rápido e identificar nuevos mercados
para aumentar sus exportaciones", señaló hoy el secretario general del
IPDAL, Filipe Domingues, que consideró que el plazo para alcanzar la
meta del 5 % "depende mucho del interés y la voluntad de los propios
empresarios".
Esta meta permitirá avanzar en la
diversificación de las exportaciones portuguesas, muy concentradas en la
Unión Europea, que recibe cerca del 80 % de las ventas.
En Latinoamérica, algo más de la mitad de las ventas están dirigidas a
Brasil, antigua colonia con la que Portugal sigue manteniendo estrechos
lazos afectivos y culturales.
Por ello, Brasil
seguirá siendo su aliado en la región "pase lo que pase a nivel
económico o político", defendió Domingues, que apunta a países como
México, Colombia, Chile y Perú como mercados con oportunidades para las
empresas lusas.
La apuesta por México ya ha despegado
y concentra casi el 17 % de las exportaciones lusas a Latinoamérica,
después de crecer más del 40 % en cuatro años, además de la presencia
consolidada en suelo azteca de empresas líderes en sus sectores como la
constructora Mota-Engil o el grupo energético EDP.
Además, debido al tejido empresarial de Portugal, formado en un 99,9 %
por pymes, países más pequeños como Cuba, Paraguay, Uruguay y Panamá
tienen una dimensión "más adecuada" para determinadas compañías,
productos y servicios lusos.
Según el IPDAL, casos de
estudio recientes defienden que Portugal debe apostar por productos
"tradicionales" que incorporen un valor añadido, como el vestuario, el
agroalimentario, la construcción civil o el mobiliario.
La clave, detallan, es pensar en el mercado y después decidir qué
producir en función de sus necesidades, para lo que es necesario
realizar un análisis profundo del escenario de cada país a partir de
fuentes como cámaras de comercio, asociaciones y embajadas en el
extranjero.
Pero también explotar otros recursos que
Portugal maneja como las comunidades de portugueses en la región, que
conocen los hábitos de consumo y las especificidades de los mercados, y
las universidades y centros de investigación que llevan décadas haciendo
intercambios y colaborando con sus colegas latinoamericanos.
"Son imprescindibles para poder tener ventajas competitivas y acceder a
conocimientos que muchos de nuestros competidores no tienen. Es una
forma de diferenciarnos de ellos, sobre todo Estados Unidos y China",
defendió el secretario general del IPDAL.
La
competencia de Estados Unidos y China es uno de los obstáculos al que se
enfrentan las empresas lusas en Latinoamérica, al que se suma la
todavía inexistencia de un acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el
Mercosur, una "prioridad" que comparten tanto España como Portugal.
"Los países latinoamericanos tienen en Portugal y España su
interlocutor más válido, relevante y de confianza en todo lo que son
discusiones multilaterales con la UE", recordó Domingues.
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