BRUSELAS.- Francia y Alemania alcanzaron un
acuerdo sobre el impuesto a los gigantes de Internet que prevé reducir
el alcance de la propuesta inicial para que solo grave la facturación
por servicios publicitarios, al tiempo que amplía hasta marzo el plazo
en que esperan que lo apruebe la Unión Europea (UE).
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE intentaron llegar este
martes a un acuerdo para adoptar la tasa digital que por el momento está
lejos de materializarse, ya que se requiere unanimidad de los
Veintiocho Estados miembros pero Irlanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia
se oponen frontalmente.
Alemania, que el año pasado impulsó la propuesta junto a
Francia, ha adoptado una posición más ambigua en las últimas semanas,
motivo por el que el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, buscaba
un acuerdo con su homólogo germano, Olaf Scholz, que permitiese seguir
avanzando.
El acuerdo, plasmado en una declaración
conjunta, pide a la Comisión Europea y al Consejo que enmienden la
propuesta hecha hasta ahora para que la tasa se centre en la publicidad
en línea, dejando fuera los servicios de intermediación entre usuarios y
la venta de datos de usuarios.
Esta era una demanda
de Berlín que, contrariamente a la mayoría de socios de la UE, pedía
sacar del alcance de la tasa la venta de datos.
No
obstante, el acuerdo franco-alemán señala que la directiva no impediría a
los Estados adoptar a nivel nacional sus propios impuestos con una base
más amplia.
La tasa sería del 3 % sobre la
facturación obtenida por los citados servicios y afectaría a las
compañías de Internet que facturen más de 750 millones de euros en todo
el mundo y más de 50 millones en la UE, tal y como está previsto ahora.
En cuanto a la adopción del gravamen, París y Berlín instan a adoptar
la directiva "sin retraso y en cualquier caso antes de marzo de 2019
como muy tarde", pero apuntan que esta solo entraría en vigor el 1 de
enero de 2021 si para entonces no se ha acordado una solución global en
el marco de la OCDE.
Este vínculo entre la falta de
una solución global y la entrada en vigor del impuesto europeo fue
propuesto ya en la última reunión de ministros en noviembre, pero no ha
servido para convencer a los opositores al mismo, que defienden que la
única respuesta eficaz es a nivel internacional.
Con
la extensión del plazo hasta marzo, París renuncia a la que había sido
su "línea roja", en palabras de Le Maire, para tener la tasa aprobada
antes de fin de año.
Pese a este acuerdo, la
adopción del impuesto requiere unanimidad, por lo que no será posible
sacarlo adelante hasta que los opositores venzan sus reticencias.
La UE no logra aprobar el impuesto
La UE no logra aprobar el impuesto
Los ministros de Finanzas y Economía
de la Unión Europea (UE) fueron finalmente incapaces de alcanzar hoy la unanimidad
necesaria para aprobar un impuesto a las empresas digitales que debaten
desde hace meses y al que se oponen países como Irlanda y Suecia.
En un primer momento, la Comisión Europea (CE) había planteado un
impuesto del 3 % sobre la facturación por ciertos servicios digitales de
las compañías de Internet que facturen más de 750 millones de euros en
todo el mundo y más de 50 millones en la UE, y se aplicaría de forma
temporal.
El objetivo era paliar la disparidad que existe entre
lo que pagan en concepto de impuesto de sociedades estas plataformas
digitales (9,5 %) y las empresas tradicionales (23,2 %), mientras se
busca una solución global definitiva para gravar estos nuevos modelos
económicos en el marco de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE).
Sin embargo, ante las
dificultades para alcanzar un consenso, Francia y Alemania plantearon en
la noche del lunes al martes reducir el alcance de la propuesta inicial
para que solo grave la facturación por servicios publicitarios, al
tiempo que amplía hasta marzo el plazo en que esperan que lo apruebe la
UE.
Así, se dejan fuera los servicios de intermediación entre usuarios y la venta de datos de usuarios.
En cuanto a la adopción del gravamen, París y Berlín instan a adoptar
la directiva "sin retraso y en cualquier caso antes de marzo de 2019
como muy tarde", pero apuntan que esta solo entraría en vigor el 1 de
enero de 2021 si para entonces no se ha acordado una solución global en
la OCDE.
Irlanda, Suecia y Finlandia siguieron hoy
manteniendo su negativa al impuesto digital, mientras que Estonia
rechazó la idea francoalemana.
La ministra española
de Economía, Nadia Calviño, afirmó durante el debate público que la
propuesta de Berlín y París no tiene la "ambición" prevista.
"En cualquier caso, es positivo que estemos debatiendo una
armonización mínima y que, por tanto, los países pueden ser más
ambiciosos con sus impuestos nacionales, pero tendremos que analizar con
cuidado si esta propuesta cumple de forma suficiente los objetivos de
garantizar un sistema fiscal justo y eficiente para la economía
digital", declaró la titular de Economía.
España es uno de los Estados miembros que planea introducir su propia tasa digital.
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