LONDRES.- El Parlamento británico ha confirmado que quiere controlar el proceso del Brexit al pedir al Gobierno de la primera ministra, Theresa May, que someta a su aprobación todos los acuerdos comerciales que se negocien tras la salida de la Unión Europea.
La comisión de Comercio Internacional de la Cámara de los Comunes,
presidida por Angus MacNeil, del Partido Nacionalista Escocés (SNP),
reclama en un informe que el Ejecutivo conservador opere "con transparencia y no secretismo" en las conversaciones que emprenda a partir del próximo 29 de marzo.
"El Gobierno debe garantizar que el Parlamento pueda ratificar en votación los acuerdos comerciales,
y ofrecer a la comisión todas las herramientas necesarias para
supervisar y escrutar las negociaciones a medida que éstas vayan
progresando", dijo el parlamentario.
En el informe difundido el
viernes, la comisión insta a May a permitir que "los Parlamentos
nacional y autonómicos, las empresas y la sociedad civil pueden
contribuir de manera positiva a definir un mandato negociador".
Los
diputados critican que los planes presentados hasta ahora por el
Gobierno sobre los futuros acuerdos comerciales son "típicamente vagos" y
demuestran "poca planificación". Reclaman por tanto que el
poder legislativo tenga un "papel significativo" en las negociaciones
con terceros países y que se establezcan mecanismos "de consulta" con
otras partes interesadas, como el sector económico y empresarial.
La
comisión sugiere que, antes de comenzar a negociar la próxima
primavera, el Gobierno someta a votación parlamentaria una moción en la
que exponga sus objetivos, de modo que los Comunes puedan mostrar "su
acuerdo u objeciones" y minimizar así el riesgo de que los pactos sean
eventualmente rechazados.
"Si no se establecen desde el principio
los procesos y garantías debidos, el Gobierno puede no llegar a obtener
esos beneficios para todo el Reino Unido del Brexit que tanto ha promovido", ha advertido MacNeil.
El 14 de enero, la votación
El
informe se ha difundido durante el receso navideño del Parlamento, que
reanudará su actividad el próximo 7 de enero.Se espera que entonces May
presente ante los Comunes el tratado de salida que ha consensuado con
Bruselas, con las "clarificaciones" adicionales que haya obtenido de sus
colegas de la UE.
El 9 de enero empezará el debate del texto, con vistas a que sea votado la semana del 14 de enero.
La
líder conservadora, que carece de mayoría absoluta y depende del apoyo
del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, suspendió una primera votación programada para el 11 de diciembre al no contar con suficiente respaldo.
Una mayoría de la cámara se opone al pacto en su forma actual, en especial a la cláusula de seguridad que se aplicaría
para evitar una frontera física en la isla de Irlanda si no hubiera un
acuerdo comercial bilateral al fin del periodo de transición en 2021.
Esta cláusula contempla que todo el Reino Unido forme una unión aduanera y que la provincia británica de Irlanda del Norte mantenga un régimen especial
más parecido al del mercado único, algo que los críticos ven
inaceptable porque tendría una duración indefinida y amenaza la
integridad territorial del país.
May se ha negado a precisar qué
ocurrirá si su acuerdo mejorado es rechazado el mes próximo, y su
Gobierno anunció el pasado 18 de diciembre que ha convertido en
"prioridad operativa" los preparativos para una salida sin pacto.
Algunos ministros han sugerido que, en caso de fracasar el plan de la primera ministra, los Comunes deberían pronunciarse de manera consultiva sobre otras opciones a fin de definir el camino a seguir, entre ellas la convocatoria de un segundo referéndum, después del que dio la victoria al "brexit" en 2016.
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