PEKÍN.- El Consejo de Estado, el Ejecutivo
chino, anunció la reforma de la ley que regula el impuesto a la renta
individual y seis deducciones fiscales especiales para 2019, informa la
agencia estatal de noticias Xinhua.
El primer
ministro de China, Li Keqiang, firmó un decreto en el que se contemplan
"deducciones a gastos especiales" y mayores "incentivos fiscales para el
talento extranjero cualificado", según la información oficial publicada
anoche.
Los medios oficiales no se hicieron eco de los
incentivos fiscales a los citados "talentos" foráneos, pero sí
detallaron las áreas cubiertas por las nuevas deducciones fiscales:
educación de los hijos, formación continua, tratamientos para
enfermedades graves, intereses hipotecarios, alquileres y cuidado de
ancianos.
Según el ejemplo citado por Xinhua, un
contribuyente medio de Pekín con unos ingresos mensuales brutos de
20.000 yuanes (2.900 dólares, 2.550 euros) que sea hijo único, tenga un
hijo en edad escolar y padres de más de 60 años, alquile una casa y
estudie un máster mientras trabaja, pagaría unos impuestos a la renta de
800 yuanes (116 dólares, 102 euros), un 75 % menos.
"El rango de deducciones es tan amplio que la mayoría de los
contribuyentes pueden optar a una o a varias", apunta el órgano de
información oficial.
En octubre, Pekín aprobó subir
el umbral de ingresos mínimos para pagar el impuesto a la renta
individual desde los 3.500 yuanes (507 dólares, 446 euros) al mes hasta
los 5.000 yuanes (724 dólares, 636 euros).
Estos
impuestos son los terceros en orden de importancia en el escalafón
tributario, por detrás del impuesto al valor añadido (IVA) y del
impuesto sobre sociedades.
En 2017, los impuestos a
la renta individual supusieron un 8,3 % de la recaudación fiscal total,
con un importe de unos 1,2 billones de yuanes (173.748 millones de
dólares, 152.635 millones de euros).
Los planes
económicos de China con vistas a 2019 pasan por una continuación de las
rebajas fiscales, que este año han alcanzado los 1,3 billones de yuanes
(188.227 millones de dólares, 165.354 millones de euros).
Con estas medidas, Pekín busca "impulsar el crecimiento económico" y
"reforzar las políticas de ajuste para la corrección del ciclo
negativo", con el objetivo de acomodar el peso de su progreso económico
sobre la demanda doméstica y de amortiguar los efectos de la
desaceleración y de la guerra comercial con Estados Unidos.
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