WASHINGTON.- Estados Unidos quiere
contrarrestar el "comportamiento depredador" de Pekín y Moscú en África,
al tiempo que promete, en la estrategia africana de Donald Trump
presentada el jueves, poner fin a la ayuda financiera y las misiones
ineficaces de mantenimiento de la paz de la ONU.
El asesor
presidencial de seguridad nacional, John Bolton, quiso adaptar al
continente africano el eslogan "America First", es decir "Estados Unidos
primero", que guía la política exterior de la administración
republicana.
Aunque se jactó de exponer esta visión a menos de dos años
después de la llegada de Trump a la Casa Blanca, su gobierno no había
mostrado previamente un interés particular en África, continente que
solo se mencionó en Washington cuando Donald Trump describió a algunos
países africanos como "países de mierda" en una reunión a puerta
cerrada.
La "nueva estrategia para África" se traduce en una
desconfianza confirmada a las instituciones multilaterales, una promesa
de parsimonia con el dinero de los contribuyentes estadounidenses y la
competencia con aires de guerra fría con los rivales de Estados Unidos.
"Las
grandes potencias rivales, China y Rusia, extienden rápidamente su
influencia financiera y política en África", dijo Bolton en un discurso
ante el centro de análisis conservador de la Fundación Heritage en
Washington.
"Ellos dirigen de manera deliberada y agresiva sus
inversiones a la región para aumentar sus ventajas comparativas sobre
Estados Unidos", protestó, denunciando "sobornos", "acuerdos opacos", el
recurso chino a la deuda para "tener como rehenes a los Estados
africanos" y al saqueo ruso de recursos naturales.
Ahora
bien, según la administración Trump, "los comportamientos predadores de
China y de Rusia frenan el crecimiento económico de África" e "imponen
una amenaza significativa a los intereses nacionales estadounidenses".
Pero
mientras el gobierno estadounidense asegura, como todos sus
predecesores, querer la prosperidad, la independencia y la buena
gobernanza de los países africanos, su política parece abrir la puerta a
una cierta retirada, por lo menos pronto del formato tradicional.
Estados
Unidos, que viene haciendo de la lucha contra el terrorismo islámico
una de sus prioridades, quiere que los países africanos asuman su propia
seguridad y pide "racionalizar, revisar o poner fin" a las misiones de
la ONU que no favorecen "una paz durable", señaló John Bolton.
"Nuestro
objetivo es resolver los conflictos, no congelarlos indefinidamente",
insistió el exembajador estadounidense ante la ONU, un "halcón" hostil
al multilateralismo que mencionó la operación de Naciones Unidas en
Sahara occidental, recordando que participó en su puesta en marcha en
1991 cuando trabajaba en el departamento de Estado.
Interrogado
sobre estas declaraciones, el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Aziz
Haq, dijo "no estar al corriente de recortes inminentes en el
presupuesto (de las operaciones de paz) de los Estados miembros".
"Nuestros mandatos son establecidos por el Consejo de seguridad" y les
corresponde a ellos adaptarlos si es necesario, agregó.
Bolton
prometió examinar minuciosamente la ayuda económica estadounidense, un
ejercicio que concluirá "pronto", para que aporte resultados, mientras
Trump pretende cortar drásticamente los recursos presupuestarios de la
diplomacia.
"Desafortunadamente, miles de millones y millones de
dólares de los contribuyentes estadounidenses no han logrado los
resultados esperados", estimó Bolton.
"A partir de ahora Estados Unidos
no tolerará esta tradición de ayudar sin obtener resultados, de dar
asistencia sin responsabilidad y de proporcionar apoyo sin reformas",
señaló.
En Sudán del Sur, víctima de una guerra civil tras haber
recibido una cuantiosa asistencia estadounidense, "no daremos más
préstamos o recursos suplementarios a un gobierno sursudanés dirigido
por los mismos dirigentes en derrota moral que ha perpetuado esta
violencia horrible", indicó.
"Este enfoque me parece
particularmente contraproductivo y podría acercarnos a nuestros socios
potenciales de Pekín", opinó por su parte en Twitter Abraham Denmark,
experto del círculo de reflexión Wilson Center.
"¿No podríamos
interesarnos por África por sus propios méritos sin convertirla en un
peón del gran juego de ajedrez con China?", preguntó.
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