BUENOS AIRES.- La llegada de Jair Bolsonaro a la
Presidencia de Brasil genera incógnitas en Argentina sobre la evolución
de la relación comercial y política con su principal socio regional y el
futuro del Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque del que ambos
países son socios.
Expertos consultados ven
como una mala señal que el presidente argentino, el conservador Mauricio
Macri, no asista mañana a la investidura de Bolsonaro por estar de
vacaciones en el sur de Argentina.
Para el analista Patricio Giusto, de la consultora
Diagnóstico Político, que Macri no acuda a la investidura "es un gesto
que seguramente va a ser leído de muy mala manera" en Brasil y "un error
de política exterior".
"Desde lo político, veo
complicada esa relación", apuntó el experto sobre los vínculos que
deberán "construir" dos personalidades tan diferentes como las de Macri y
Bolsonaro.
El mandatario argentino habló por
teléfono con Bolsonaro a mediados de diciembre y agendaron una cita en
Brasilia para el 16 de enero.
Según la mirada de los
analistas, Bolsonaro seguramente intentará recuperar el liderazgo
natural de Brasil como referente regional y que, en parte, ha ostentado
en estos últimos tres años Macri.
"Macri debería
tratar de desarrollar un vínculo de confianza y racionalidad con
Bolsonaro en lo que resulte posible porque sino Argentina va a pagar
consecuencias", señaló el analista Jorge Arias, de la consultora
Polilat.
Para el experto, el nuevo mandatario
brasileño, frente al complejo escenario internacional, deberá adoptar
medidas en defensa de los puestos de trabajo, lo cual podría implicar
eventualmente restricciones comerciales para Argentina.
Sin embargo, no hay un consenso entre los analistas respecto a este punto.
Para Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios
Internacionales, "lo más probable es que haya mucha fluidez en la
relación comercial".
"Yo no veo al Gobierno de
Bolsonaro con una política de restricción comercial, por lo que el flujo
de libre comercio entre los dos países debería estar consolidado y
garantizado", señaló Elizondo.
El futuro de los
intercambios con Brasil es un asunto central para Argentina, cuya
economía debilitada en 2018, necesita recuperar impulso y sumar ingresos
por exportaciones.
Brasil es el principal socio
comercial de Argentina, ya que es su mayor mercado de exportaciones y
también su primer proveedor, con un déficit comercial que, con sus
fluctuaciones, es estructural para Argentina.
Según
datos de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios
Argentino-Brasileña de Argentina, en los primeros diez meses de 2018
Argentina registró un déficit comercial con Brasil de 4.819 millones de
dólares, un 32 % menos que en igual período de 2017, con exportaciones
al vecino país por 9.254 millones de dólares e importaciones desde
Brasil por 14.073 millones de dólares.
La economía
argentina es además altamente sensible a la evolución de Brasil y,
normalmente, cuando la actividad se resiente en Brasil -lo que ha
ocurrido en 2015-2016-, su vecino siente los efectos.
"Si Bolsonaro tiene éxito con las reformas que piensa impulsar y si a
la economía brasileña le empieza a ir mejor, eso tendrá una repercusión
positiva en Argentina. En ese sentido, la relación económica puede
mejorar y nos va a beneficiar", observó Giusto.
El
capítulo que despierta más interrogantes para los analistas en el futuro
de la relación entre Macri y Bolsonaro es el Mercosur, bloque integrado
por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
"El
Mercosur va a ser un tema crítico porque Bolsonaro lo quiere revisar y
Macri tiene una postura más conservadora", observó Giusto.
Bolsonaro ha dejado ver que pretende cambios en la unión aduanera, que
tiene un arancel externo común elevado y que obliga a los socios del
Mercosur a negociar como grupo acuerdos de libre comercio o de
preferencias arancelarias con terceros países o bloques.
Elizondo señaló que pueden suscitarse "diferencias" en este punto
porque Bolsonaro podría impulsar una "flexibilización" en las reglas
para permitir a los miembros del bloque negociar en forma independiente
acuerdos bilaterales con terceros, algo que Uruguay reclama desde hace
tiempo ante la negativa de sus socios.
"Hasta ahora
Argentina ha dicho que está dispuesta a modernizar el Mercosur. Entiendo
que el Gobierno argentino está admitiendo que el arancel externo del
Mercosur es demasiado alto y debe ser revisado, pero hasta ahora
Argentina no ha dicho que aceptaría una flexibilización para permitir
acuerdos bilaterales", dijo Elizondo.
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