BRUSELAS.- Los jefes de Estado y de Gobierno de
la Unión Europea dieron hoy su visto bueno al acuerdo para reforzar la
eurozona frente a posibles futuras crisis, que incluye medidas para
mejorar la respuesta ante quiebras bancarias y dar más poder al
Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate.
En la declaración adoptada hoy en la cumbre del euro, los líderes
comunitarios -salvo el Reino Unido- piden también empezar a trabajar en
un "instrumento presupuestario para la convergencia y la competitividad
en la eurozona", cuyas características quieren tener acordadas en junio
de 2019.
Tal como preveía el acuerdo sellado por los ministros
de Economía y Finanzas del área de la moneda única (Eurogrupo) a
principios de mes, los líderes aprobaron la puesta en marcha del
cortafuegos para el Fondo de Resolución Bancaria europeo, que debe
servir como financiación de último recurso para resoluciones de bancos
en quiebra.
Esto se implementará antes de lo
previsto inicialmente (2024), "siempre que se hayan hecho progresos
suficientes en la reducción de riesgos", lo que se evaluará en 2020.
Asimismo, respaldaron una reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE) que, según los términos acordados por el Eurogrupo, le dará más
competencias en la vigilancia económica de los países y el diseño de
futuros rescates financieros.
También busca mejorar
la efectividad de las líneas de crédito precautorias que puede conceder a
los países que no necesiten un rescate total y promover la
sostenibilidad de la deuda pública.
Los líderes piden a los ministros que preparen los cambios necesarios en el tratado del MEDE para junio de 2019.
La principal novedad es que se confirma el mandato para trabajar en un
instrumento presupuestario, algo que los ministros dejaron en manos de
los líderes.
Los jefes de Estado y de Gobierno piden
a sus ministros de Finanzas que empiecen a trabajar en el "diseño,
modalidades de implementación y calendario del instrumento
presupuestario para la convergencia y la competitividad para la
eurozona" y para los Estados miembros que están en la antesala para
adoptar el euro (conocida como ERM II) sobre una "base voluntaria".
Este instrumento "será parte del presupuesto de la UE" y estará sujeto
a los "criterios y dirección estratégica" de los países del euro, dice
la declaración, y añade que su volumen se determinará dentro de la
negociación del marco financiero plurianual para 2021-2027.
Las "características" de este instrumento "serán acordadas en junio de 2019", según el documento.
La idea de un presupuesto para la eurozona ha sido impulsada por
Francia con el apoyo de Alemania, pero ambos pedían que tuviese también
una función estabilizadora para asistir a los países que se viesen
afectados por crisis puntuales.
Sin embargo, a esta idea se oponen un grupo de países formado por Holanda, los nórdicos y los bálticos, entre otros.
Los líderes instan además a dar el visto bueno final al paquete de
medidas para la reducción del riesgo bancario, a avanzar en la unión
bancaria y a tener progresos "ambiciosos" en la unión del mercado de
capitales en primavera de 2019.
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