PARÍS.- El presidente de Francia, Emmanuel Macron,
realizará la semana que viene "importantes anuncios" en respuesta a la
crítica situación social que se vive en Francia desde hace un mes con el
estallido de las protestas del colectivo de los 'chalecos amarillos',
mientras desde el Elíseo se reconoce "falta de comunicación" con los manifestantes y se promete buscar soluciones concretas.
Poco a poco, diversos responsables del Gobierno francés han avanzado su intención de escuchar a este colectivo, que
comenzó denunciando la subida de los impuestos a los carburantes
ordenada por el Elíseo como parte de su plan energético, y ha acabado
extendiéndose a un malestar generalizado por sus condiciones de vida.
"Donde hay odio, hay también una demanda de cariño.
El verdadero problema comienza cuando la gente es indiferente", explicó
Macron a su equipo el pasado jueves, según declaraciones recogidas por
'Le Journal du Dimanche', en un tenso encuentro donde una de las
personas más cercanas al mandatario, el senador Francois Patriat, líder
en la cámara de La República en Marcha, le expresó su temor a que la
situación degenerara en un golpe de estado.
El Elíseo ha recordado hoy que las consultas para atender las múltiples demandas del colectivo
-- desde la eliminación del impuesto adicional a los carburantes hasta
la mejora generalizada de las condiciones de vida -- deberían comenzar
el próximo sábado, a las 15.00, si no se adelantan por circunstancias de
emergencia social.
En el encuentro, que reunirá a Gobierno, sindicatos, autoridades
locales e incluso representantes del movimiento, el "Gobierno se
compromete a identificar medidas de acompañamiento justas y eficaces".
Mientras, las autoridades de París siguen haciendo balance de daños tras un día que ha acabado con 135 heridos y 1.700 detenidos. "Ha sido mucho más dañina que la del 1 de diciembre", ha reconocido el primer teniente de alcalde de París, Emmanuel Grégoire.
"Al
haber menos barricadas, ha existido mucha más dispersión, muchos más
lugares afectados por la violencia".
La alcaldesa, Anne Hidalgo, lamentó
la noche del sábado "escenas de caos" en la capital y "daños
inconmensurables" para la economía y la imagen de la ciudad.
"Las soluciones deben tener en cuenta la realidad de cada individuo", dijo
el domingo por la mañana el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux.
"Deben ser casi a medida. La ira, a veces, se manifiesta de forma muy
diferente dependiendo del territorio", ha añadido antes de entonar un
'mea culpa'.
"Está claro que hemos subestimado la necesidad de hablar con nuestros
conciudadanos", ha reconocido, "a la hora de asociarnos para construir
soluciones".
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