domingo, 16 de diciembre de 2018

Miles de húngaros salen por cuarto día a las calles a protestar contra Orbán

BUDAPEST.- Miles de húngaros participaron hoy en la cuarta jornada de una serie de manifestaciones contra las políticas del primer ministro, el conservador nacionalista Viktor Orbán, así como contra una polémica ley laboral aprobada recientemente.

Sindicatos y partidos políticos de oposición movilizaron a unas 10.000 personas, muchas de ellas con alguna prenda blanca como símbolo del carácter no violento de la marcha, según informa el portal de noticias hvg.hu.
"Feliz Navidad, señor primer ministro", fue el lema de la protesta en alusión a que Orbán en una discusión parlamentaria, al ser interrogado por la oposición sobre las políticas de su Gobierno, se limitó a desear felices fiestas.
La chispa de estas protestas fue una polémica reforma denominada por sus detractores "ley de esclavitud", que aumenta de 250 a 400 el número máximo de horas extras permitidas por año, con lo que ciertos empleados podrían verse obligados por sus jefes a trabajar seis días por semana.
La ley, aprobada en una sesión llena de incidentes en la que los diputados opositores trataron de imposibilitar el voto haciendo sonar pitos y sirenas, permite además a los empleadores abonar esas horas extra hasta 36 meses después de haber sido trabajadas.
"No seremos esclavos", "Fuera Orbán", "Feliz Navidad sin Orbán" o "Estamos hartos", fueron algunas de las frases que los manifestantes gritaban hoy mientras cruzaban el centro.
Antes de que empezara la manifestación, los partidos de la oposición advirtieron a los participantes de que podría haber provocadores en la multitud, que "tratarán de generar disturbios, sirviendo los intereses del Gobierno", señala hvg.hu.
La marcha cruzó el centro de la ciudad, desde la plaza de los Héroes, hasta la calle Alkotmány (Constitución), en las cercanías del Parlamento, donde la protesta terminó con discursos de líderes de partidos y sindicatos.
Las tres marchas anteriores concluyeron delante del Parlamento con enfrentamientos entre manifestantes y la policía, que utilizó gas lacrimógeno para dispersar a los grupos más radicales y que arrestó a 57 personas en tres días.
Hoy no solo en Budapest hubo manifestación, también en otras seis grandes ciudades del país: Szeged, Békéscsaba, Debrecen, Miskolc, Veszprém y Györ, así como en ciudades del extranjero, como Londres y Copenhague.
Orbán y su partido conservador Fidesz, críticos con la democracia liberal y muy contrarios a la inmigración, gobiernan Hungría con mayoría absoluta desde 2010.

 Todo por una ley laboral

Estos miles de húngaros se manifestaron en Budapest contra una nueva legislación laboral y la en su opinión autoritaria deriva del primer ministro nacionalista de derechas, Viktor Orban.
La protesta del domingo, con el lema de “Feliz Navidad Sr. primer ministro”, era la cuarta manifestación en una semana convocada por los partidos de oposición de izquierdas, grupos de estudiantes y ciudadanos contra el Gobierno de Orban.
Los manifestantes agitaban banderas húngaras y de la Unión Europea mientras caminaban desde la histórica plaza de los Héroes hacia el Parlamento bajo un gélido frío invernal, con pancartas que rezaban lemas como “¡No robéis!” y “¡Tribunales independientes!”.
“El descontento está creciendo”, dijo Andi, de 26 años, estudiante de sociología que no quiso dar su apellido. “Han aprobado dos leyes esta semana que... no contribuirán a los intereses del pueblo húngaro”.
La nueva legislación laboral permite que los empresarios soliciten hasta 400 horas de trabajo extra por año, por lo que los detractores la han tachado de “ley de esclavos”.
El Gobierno también aprobó una ley para establecer nuevos tribunales administrativos que dependerán del Gobierno y supervisarán temas delicados como la ley electoral, las protestas y los problemas de corrupción.
Orban se ha enfrentado a menudo con Bruselas, ya que ha creado un sistema que sus críticos consideran autocrático, reforzando su control sobre los tribunales y los medios de comunicación.
Organismos de supervisión de los derechos civiles dijeron que la nueva ley de los tribunales era una erosión más de las instituciones democráticas bajo Orban, que llegó al poder en 2010.
Desde entonces ha modificado el sistema electoral para favorecer a su gobernante partido Fidesz y ha puesto a sus partidarios al frente de las instituciones públicas, mientras sus aliados se han enriquecido.
Orban fue reelegido en abril gracias a una feroz campaña contra la inmigración, frente a una oposición débil y fragmentada.

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