domingo, 16 de diciembre de 2018

Pequeños pasos en la negociaciones comerciales entre EEUU y China

WASHINGTON.- La cuenta atrás para alcanzar un acuerdo comercial comenzó. Y, por primera vez, Washington y Pekín parecen decididos a hacerlo, dejando de lado los asuntos diplomáticos que podrían comprometer el resultado de sus delicadas negociaciones.

El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el viernes que un "gran acuerdo" podría producirse "bastante rápido", y justificó esta urgencia por la desaceleración de la economía del gigante asiático, presionada por los aranceles punitivos de Estados Unidos.
Estas declaraciones se produjeron justo cuando la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, se reunió con su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, para discutir el caso de Meng Whanzhou, la directora financiera del gigante chino de telecomunicaciones Huawei, arrestada el 1 de diciembre por Canadá a solicitud de Washington, desatando una crisis diplomática entre Ottawa y Pekín.
La mujer, sospechosa de complicidad en el fraude para eludir las sanciones estadounidenses contra Irán, fue puesta en libertad bajo fianza a la espera de un procedimiento de extradición a Estados Unidos.
Sin embargo, Trump dijo que estaba listo para intervenir si era "necesario", especialmente si eso "es bueno" para cerrar un acuerdo comercial con el presidente chino, Xi Jinping.
Hace solo dos semanas, el presidente republicano y su homólogo chino decretaron una tregua en la guerra comercial que habían estado librando durante meses.
En términos concretos, Trump acordó retrasar en 90 días el aumento de aranceles a 200.000 millones de dólares de productos chinos, previsto para el 1 de enero.
Después de dudas en los mercados financieros sobre el alcance de ese respiro, las autoridades chinas intensificaron las medidas para apaciguar la ira de la administración Trump, que exige a Pekín poner fin a sus prácticas comerciales "desleales".
- "Señal" -
Además de la suspensión de la sobrecarga aduanera impuesta a los automóviles y autopartes de Estados Unidos y la reanudación de compras masivas de soja estadounidense, la administración china también dijo que está dispuesta a negociar tanto en su suelo como en el territorio estadounidense.
"Creo que Estados Unidos y China finalmente han entrado en una fase seria de negociaciones", dijo Edward Alden, especialista de Comercio Internacional en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), observando que hubo "un progreso más sustancial en dos semanas de lo que ha habido en dos años" de la presidencia de Trump.
El hecho de que el anfitrión de la Casa Blanca haya elegido a Robert Lighthizer como negociador principal es una "señal" fuerte, cree, porque es un especialista en derecho comercial internacional con experiencia en negociaciones difíciles.
Después de unirse a la administración de Trump en mayo de 2017, en menos de dos años reformó con éxito el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que une a Estados Unidos, Canadá y México, cuyo texto enmendado fue formalmente firmado hace quince días.
Lighthizer, de 71 años, también es conocido por llevar a cabo con puño de hierro negociaciones complejas con Japón bajo la administración de Ronald Reagan en la década de 1980.
Las discusiones y los gestos de apaciguamiento no significan la firma de un acuerdo antes del 1 de marzo, sostienen los expertos, ya que es mucho lo que está en juego.
Trump continúa denunciando los desequilibrios comerciales debido a prácticas comerciales "desleales", como la transferencia forzada de tecnología de compañías estadounidenses a cambio de acceso al mercado chino o los subsidios a empresas estatales.
En una inusual entrevista con un medio la semana pasada, Lighthizer destacó que detrás de sus negociaciones estaba el mantenimiento de la superioridad tecnológica de Estados Unidos.
Alden espera en el mejor de los casos un "acuerdo parcial" con algunos compromisos de China.
Lo desconocido es la interferencia de los asuntos diplomáticos. Además del caso de Huawei, las autoridades estadounidenses acusan a China de ataques cibernéticos en territorio estadounidense. Recientemente atribuyeron el ciberataque de una base de datos del gigante hotelero Marriott, que contiene información sobre 500 millones de clientes.
Por ahora, los presidentes de Estados Unidos y China fingen no mezclar las negociaciones comerciales y los conflictos diplomáticos.
¿Pero es esta posición sostenible? En el caso de Huawei, "Estados Unidos tendrá que decidir si apoya a Canadá", un aliado histórico, observa Alden, a riesgo de irritar a Pekín.

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