WASHINGTON.- Estados
Unidos se opone a un aumento de los niveles de capital permanente del
Fondo Monetario Internacional (FMI), en lo que constituye el más
reciente desaire del presidente Donald Trump a las organizaciones
multilaterales con su política exterior "America First".
El
FMI está examinando sus niveles de capital, en virtud de una revisión
programada regularmente. El Fondo con sede en Washington está financiado
en su mayoría por acciones, conocidas como cuotas, pagadas por sus 189
países miembro.
Su
directora gerente, Christine Lagarde, ha argumentado que un FMI
adecuadamente financiado es un pilar clave de la "red de seguridad"
financiera en la que se apoya el mundo durante las crisis.
El Fondo
aceptó el préstamo más grande en su historia este año, al otorgar a
Argentina 57.000 millones de dólares tras el colapso del peso.
Pero un alto funcionario del Tesoro de EE.UU. aseguró que la administración no apoya ningún cambio en los niveles de cuotas.
“Nos
oponemos a los cambios en las cuotas, dado que el FMI cuenta con
amplios recursos para lograr su misión, los países tienen alternativas
considerables en caso de crisis y las reformas financieras posteriores a
la crisis han ayudado a fortalecer la capacidad de recuperación general
del sistema monetario internacional”, dijo David Malpass
en una audiencia a los legisladores de un subcomité para la política
monetaria y el comercio de la Cámara de Representantes.
La
decisión de la administración pone en tela de juicio los esfuerzos para
impulsar el capital del FMI, en un momento en que el crecimiento
mundial se está asentando y el aumento de las tasas de interés está
causando turbulencias en los mercados emergentes.
Trump
ha prometido incluir a "America First" en la política exterior de la
nación, y ha criticado a instituciones multilaterales como la
Organización Mundial del Comercio y la OTAN.
Varios de los principales
asesores de Trump han criticado a instituciones globales en el pasado,
incluido el Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, quien en un
artículo de 2016 presentó argumentos para abolir el FMI y privatizar el
Banco Mundial.
Estados
Unidos es el mayor accionista del Fondo, con una participación de voto
del 16,5 por ciento, el cual le da en la práctica poder de veto sobre
cambios importantes como los aumentos de cuotas.
Un
portavoz del FMI dijo que el Fondo continuará las conversaciones con
sus miembros sobre la revisión de las cuotas, con el objetivo de
finalizarlas antes de las reuniones anuales del FMI en octubre de 2019.
La financiación del Fondo podría aumentarse en todo caso mediante
acuerdos de préstamos temporales con grupos de países o naciones
individuales.
"Esperamos
continuar trabajando con EE.UU. y con todos nuestros miembros para
garantizar que el FMI cuente con recursos suficientes y eficientes",
declaró el director de comunicaciones del FMI, Gerry Rice, a los
periodistas el jueves. "La decisión es de nuestros miembros".
En
los últimos años, ha sido difícil para el FMI obtener apoyo en el
Congreso, donde algunos legisladores han cuestionado la necesidad de
financiar a otros países. El Congreso aprobó una duplicación de la cuota
del FMI a fines de 2015, cinco años después de que el gobierno de Obama
aceptara el aumento.
El impulso le dio al FMI alrededor de un billón
de dólares en potencia financiera, pero sus niveles de capital se han reducido con
respecto a la producción mundial.
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