WASHINGTON.- Casi
siempre se asume que del otro lado de la cruzada contra el orden
económico global de Donald Trump se encuentran instituciones
multilaterales sin rostro o reglas que han gobernado el comercio
internacional desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero
después de una semana en la que el presidente de Estados Unidos ha
quebrado dos tabúes de larga data, sus sucesores podrían ser quienes
paguen el precio real, según altos funcionarios de administraciones
pasadas que dicen que décadas de diplomacia y la futura credibilidad de
EE.UU. están en riesgo.
El
martes, Trump vinculó directamente su guerra comercial con China a la
política de tasas de interés de la Reserva Federal, y también a un caso
penal en contra de una ejecutiva de Huawei, hija del fundador de la
compañía china, que se encuentra detenida en Canadá como parte de una
investigación estadounidense sobre incumplimiento de sanciones. Trump
dijo que estaría dispuesto a intervenir en su caso si esto ayudaba a
asegurar un acuerdo comercial con Pekín.
"Esa
es una declaración increíble para el mundo", dijo Carlos Gutiérrez,
exdirector ejecutivo de Kellogg Co., quien se desempeñó como secretario
de Comercio durante la presidencia de George W. Bush. “Todas estas
pequeñas cosas se acumularán y tendrán un impacto duradero. Ahora todo
puede estar vinculado entre sí".
Funcionarios
estadounidenses se han esforzado durante décadas para convencer a sus
escépticos homólogos extranjeros sobre la separación de poderes.
Explicaban que los casos judiciales iniciados contra compañías
internacionales que violan las sanciones estadounidenses, o infringen
otras leyes, no eran impulsadas por política cínica.
Han caracterizado
la política de la Fed como la respuesta de un banco central
independiente a las condiciones locales, no una proyección del poder
estadounidense. No siempre persuadieron a todos, pero el marco era
fundamental para que EE.UU. estuviera en capacidad de liderar a través
del ejemplo.
En
defensa de Trump, puede que simplemente esté articulando lo que ha sido
una realidad cerrada sobre el poder de EE.UU. Los defensores del
presidente tienden a argumentar que, todos modos, las reglas que está
rompiendo ya pasaron su fecha límite.
El
jueves, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, minimizó las
preocupaciones sobre los comentarios de Trump hacia Huawei, como ya lo
han hecho otros funcionarios de la administración. Cuando el presidente
dijo que podría intervenir en el caso de Huawei si esto permitía cerrar
un acuerdo comercial con China, no estaba diciendo que en efecto lo
haría, dijo Ross a Bloomberg Television.
Sin
embargo, Ross admitió que Trump había intervenido a principios de este
año en nombre de ZTE, otra compañía china, como un "favor personal" para
el presidente Xi Jinping - ilustrando exactamente lo que preocupa a los
críticos del estilo transaccional del gobierno de Trump.
Gutiérrez
dijo que pasó muchas reuniones como secretario de Comercio tratando de
convencer a los ministros visitantes de que se presentaban acciones
legales contra compañías extranjeras sin ninguna interferencia política,
y que el cabildeo no ayudaría. "Recuerdo haber usado este argumento en
China varias veces", dijo.
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