SAO PAULO.- La amenaza de una "guerra comercial" por la política proteccionista de Estados Unidos se convirtió hoy en uno de los temas del día en el Foro Económico Mundial para Latinoamérica que se desarrolla en la ciudad brasileña de Sao Paulo.
Aunque
el asunto no estaba formalmente en la agenda del Foro, la decisión del
presidente de EEUU, Donald Trump, de elevar los aranceles a las
importaciones de acero y aluminio preocupa a políticos, empresarios y
analistas latinoamericanos.
"Si
no fuera por la OMC ya estaríamos en una guerra comercial", admitió hoy
el presidente de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el
brasileño Roberto Azevedo.
"Estamos
intentando evitar la guerra comercial. Y creo que el momento actual es
mejor que en el que estábamos antes, porque comenzó el diálogo, comenzó
la conversación entre las partes y eso es un camino. Sin el diálogo no
vamos a encontrar solución", insistió.
Azevedo
no ocultó su temor hacia un "efecto dominó" si no se opta por el
diálogo, por la posibilidad de que otros países adopten "medidas
unilaterales".
No
obstante, admitió que el "inicio del diálogo" para "mitigar el impacto
de la medida" tomada por Estados Unidos puede abrir caminos que eviten
"roces irreversibles".
En
América, México y Canadá están exentos -temporalmente- de los aranceles
impuestos por Trump, del 25 % por ciento para el acero y el 10 % para
el aluminio, porque son socios de Washington en el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN).
Por
el contrario, Brasil, anfitrión del Foro y motor económico
suramericano, es uno de los más afectados dado que Estados Unidos es el
principal destino de sus exportaciones de acero y el sector da empleo a
más de 200.000 personas en el país.
"Si
no hay solución amigable muy rápido vamos a formular una representación
a la OMC, no unilateral, sino con todos los países perjudicados", dijo
hoy el presidente de Brasil, Michel Temer, durante el plenario de
apertura del Foro.
"Hay una gran preocupación con este tema", admitió Temer, que defendió "tratar con cuidado" las relaciones con Estados Unidos.
En
este proceso, Brasilia va a contar con la iniciativa privada y buscará
"conectar a las empresas brasileñas proveedoras con las empresas
americanas que reciben el material".
"Nosotros
aquí estamos contra cualquier proteccionismo. Estamos por la apertura
plena", insistió Temer en su primera alusión directa al conflicto.
El
presidente adelantó su intención de telefonear en breve a Trump para
intentar acercar posiciones, aunque Brasil ya ha empezado a negociar con
la Casa Blanca en un intento evitar un litigio ante la OMC que
demoraría años y no beneficiaría a la debilitada economía brasileña.
Brasil
alega que no constituye una amenaza para Estados Unidos porque cerca
del 80 % de sus exportaciones de acero son de productos
semimanufacturados -un importante insumo para el sector estadounidense-
ya que es el mayor importador del carbón siderúrgico de Estados Unidos,
con compras que sumaron 1.000 millones de dólares el año pasado.
Pero mientras se dirime este conflicto, Brasil no se ha quedado parado.
La
crisis comercial ha impulsado las conversaciones con otros socios, como
las que Mercosur mantiene con la Unión Europea o Canadá sobre acuerdos
de Libre Comercio.
De
hecho, en los últimos días, Temer ha divulgado que ha recibido mensajes
de la canciller alemana Angela Merkel y ha mantenido conversaciones
telefónicas con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el
presidente de Paraguay, Horacio Cartes, y el primer ministro de
Portugal, Antonio Costa, con quienes trató sobre la conveniencia de
avanzar en la firma del acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE.
La
XIII edición latinoamericana del Foro Económico Mundial se desarrollará
hasta el jueves con la participación de 750 políticos, empresarios,
comunicadores y analistas de 40 países del mundo para discutir una nueva
narrativa en América Latina.