viernes, 21 de septiembre de 2018

Theresa May exige a la UE una alternativa a su propuesta

LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, exigió este viernes a los líderes de la Unión Europea que muevan ficha para desbloquear las negociaciones del Brexit y les acusó de no haber puesto sobre la mesa propuestas alternativas tras rechazar su plan en la cumbre de Salzburgo (Austria).

En un discurso televisado desde su residencia oficial de Downing Street, May recalcó que prefiere una ruptura abrupta con la UE el próximo 29 marzo que un "mal acuerdo" para el Reino Unido, y admitió que el diálogo se encuentra en un "impasse", con ambas partes aún alejadas en cuestiones clave.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió el jueves a May de que su propuesta, conocida como el "plan de Chequers", "no va a funcionar", porque "minaría el mercado único" al permitir la libre circulación de mercancías a través del Canal de la Mancha, pero no de personas, servicios y capitales.
La propuesta británica pasa por crear un área de libre comercio de bienes entre el Reino Unido y la UE, lo que permitiría mantener sin aduanas la frontera entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte, uno de los principales escollos en el diálogo.
"Tusk dijo que nuestras propuestas menoscabarían el mercado único, pero no explicó cómo lo menoscabarían en detalle ni hizo contrapropuesta alguna", sostuvo hoy la primera ministra, que consideró que la actitud de la UE "no es aceptable" cuando quedan pocas semana para la fecha límite marcada para llegar a un acuerdo.
En la misma línea, el ministro británico para el Brexit, Dominic Raab, acusó a Bruselas de haber echado el "freno de mano" a la negociación.
"Nuestros planes han sido rechazados sin una explicación coherente. Han hecho cierto tipo de apelaciones dogmáticas a la unidad del mercado único, pero nuestros planes han sido elaborados cuidadosamente para evitarlo (la ruptura de la unidad)", afirmó en una entrevista a la cadena BBC.
La prensa británica coincidió hoy en calificar de "desastre" y "humillación" para May el resultado la cumbre informal en Salzburgo y subrayó las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, que llamó "mentirosos" a quienes hicieron campaña por el Brexit en el Reino Unido.
"El Brexit es la elección de los británicos, y es una elección empujada por ciertas personas que predijeron soluciones fáciles", afirmó el mandatario galo.
En su discurso de este viernes, May declaró que durante las negociaciones ha tratado con "respeto" a sus colegas europeos y el Reino Unido "espera lo mismo por su parte".
"La buena relación al final de este proceso depende de ello", alertó la primera ministra, al tiempo que algunos tabloides elevaron el tono de la confrontación, como 'The Sun"' que arremetió en su portada contra "las sucias ratas de la UE" y publicó una imagen de Macron y Tusk vestidos como gánsteres, con gabardina y metralleta.
Desde la oposición, el líder laborista, Jeremy Corbyn, pidió tanto a la Unión Europea como a May que terminen con sus "juegos políticos" y acerquen posturas para evitar una ruptura sin acuerdo.
En los últimos días se ha incrementado la presión sobre Corbyn para que acepte defender un nuevo referéndum sobre el Brexit, una opción que hasta ahora ha rechazado porque prefiere demandar unas elecciones generales adelantadas.
La postura oficial de los laboristas respecto a la salida de la UE ha sido hasta ahora la de asegurar que si estuvieran en el poder continuarían cumpliendo el mandato del referéndum de 2016, en el que el 51,9% de los votantes optó por el Brexit, pero pedirían a Bruselas una extensión del plazo de la negociación.
Tanto May como los líderes europeos han insistido en que todavía esperan llegar a un acuerdo en octubre y han abierto la puerta a una cumbre extraordinaria en noviembre para formalizar ese eventual pacto.
Si se produce ese escenario, el siguiente escollo sería la aprobación del acuerdo por el Parlamento británico, una votación a la que tanto el Partido Laborista como el Partido Conservador, las dos principales formaciones de la Cámara, podrían presentarse divididas.

El precio del petróleo y la menor exportación atenazan la economía española / Luis Alcaide *

El ba­rril de crudo se co­tiza a 80 dóo­lares en los mer­cados y un no­ruego ri­quí­simo y ex­pe­ri­men­tado mer­cader de pro­ductos ener­gé­ticos pierde su apuesta: el precio del ki­lo­vatio alemán no se apro­xima, como había apos­tado, al de los países es­can­di­na­vos. Un agu­jero de 100 mi­llones de euros y el con­si­guiente re­clamo (margin call) para cu­brirlo. 

En Noruega ha llovido copiosamente y la producción de energía hidráulica ha cubierto gran parte de la oferta total. En Alemania el precio del kilovatio acusa el alza del precio del barril.
El panel de previsiones de la economía española estima en septiembre de 2018 un crecimiento del PIB para el corriente año del 2,6%, dos décimas menos que la anterior estimación. El segundo trimestre del año ya mostraba señales de desaceleración.

El principal motivo, y la sorpresa, proceden del sector exterior. Las exportaciones en términos reales (valor en euros descontando el alza de precios) sólo avanzaron un 0,1% en el primer semestre en tanto que las importaciones, también en términos reales aumentaron un 2,4%.

Las perspectivas de crecimiento para los próximos trimestres apuntan a una reiterada desaceleración, con una aportación nula del sector exterior en el mejor de los casos. El barril de petróleo a 80$ y sombrías perspectivas: sanciones a Irán, bajada anunciada de la extracción de crudos procedentes del cracking en EEUU (840.000 barriles/día menos), efectos negativos de los huracanes que azotan el este y sur de los EEUU y revisión a la baja sobre las reservas mundiales de hidrocarburos.

Después de varios meses de liquidar posiciones a largo plazo, los fondos de cobertura (hedge funds) apuestan ahora por una subida de precios. Buenas noticias para los productores y malas para nuestras cuentas con el exterior. En el primer semestre de 2018 el déficit de la balanza energética fue un 9,1% superior al del mismo período de 2017 y eso a pesar de que las cantidades importadas cayeron un 2,5%.

El viernes 14 de septiembre de 2008 se produjo la quiebra de Lehman Brothers, diez años después el editorial del Financial Times aparece con este título: “La caída de la cooperación agudiza los efectos de la próxima crisis financiera”.

En efecto, el crecimiento se ha recuperado y el espíritu empresarial en las economías avanzadas ha recuperado aliento, pero varias de las profundas consecuencias de la gran recesión se están haciendo cada vez más presentes: rechazo de las democracias liberales, así como del mercado libre y la globalización, mientras crecen los populismos y nacionalismos.

Amenazas, todas ellas que no estaban presentes en septiembre del 2008. Es cierto, sin embargo, que los bancos están hoy mejor capitalizados que hace diez años, pero muchas de las instituciones financieras “en la sombra” así como los bancos que las financian, han aumentado desorbitadamente sus niveles de riesgo y cada vez hay más bancos de esos “too big to fail”. La deuda actual de Europa, 250 billones de dólares supera hoy en un 75% a la de los años 2007-2008.

Una Europa cada vez más endeudada y un creciente desfase entre los ciudadanos y los valores de la democracia, incluso partidos políticos conservadores como el PP votan o se abstienen en el Parlamento Europeo cuando se trata de condenar las conductas antidemocráticas del húngaro Orban.

En la confianza de que la tormenta de los másteres se vaya alejando se harán más patentes los riesgos de los nacionalismos europeos. Por lo pronto nuestras ventas al Reino Unido en los seis primeros meses del año se han estancado y han caído en un 3% al mercado italiano.



(*) Economista del Estado en España