TOKIO.- Japón,
hasta ahora discreto en la guerra comercial entre China y Estados
Unidos, podría ser el próximo objetivo de Donald Trump y ver convertida
en realidad su mayor pesadilla: aranceles contra sus automóviles.
Esta
cuestión será abordada durante el encuentro entre el presidente
estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe,
el miércoles al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
- ¿Qué le reprocha Trump a Japón? -
Trump
suele criticar que Estados Unidos tiene un "déficit [comercial] muy
grande" con el archipiélago y recientemente amenazó con hacerle "pagar",
según comentarios aparecidos en The Wall Street Journal.
Sin embargo, este déficit no es tan "grande".
En
2017, era de 68.800 millones de dólares (sin incluir servicios), lo que
sitúa al archipiélago en tercer puesto por detrás de China (375.000
millones) y México (71.000 millones); dentro de un saldo negativo total
con el resto del mundo de 796.000 millones.
La
mayoría de los desequilibrios se explican por las exportaciones del
sector automovilístico (vehículos y piezas) a Estados Unidos, y la vista
de esos "millones de automóviles japoneses" irrita a Trump, en tanto
que se venden pocos coches "made in USA" en suelo japonés.
Sin
embargo, Tokio no aplica aranceles a los vehículos importados, al
contrario que Estados Unidos, con un derecho de aduana de al menos 2,5%.
Los
expertos explican que los grandes coches estadounidenses no se adaptan a
ni al estilo de vida ni al gusto de los japoneses. Entre tanto, Trump
cuestiona las barreras no arancelarias como, por ejemplo, la rigidez de
las inspecciones.
- ¿En qué punto están las negociaciones? -
Las
primeras negociaciones entre el representante estadounidense de
Comercio, Robert Lighthizer, y el ministro japonés de Economía,
Toshimitsu Motegi, se celebraron en agosto en Estados Unidos, y la
segunda ronda está prevista este lunes en Nueva York.
Sus
visiones se oponen y Tokio prefiere que haya un tratado multilateral
como el Acuerdo Transpacífico (TTP), al que aún espera que regrese
Estados Unidos.
De
momento no se produjeron verdaderas hostilidades y Abe ha procurado
cortejar a Trump desde su llegada al poder, con cenas, cumbres y
partidos de golf.
"Pero
es muy probable que Donald Trump desvíe su atención hacia Japón en
cuanto alcance algún tipo de entente con China y el TLCAN", el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte, considera Harumi Taguchi,
economista del gabinete IHS Markit.
- ¿Qué impacto tendrían los aranceles a los vehículos? -
"Es
el arma más eficaz de la administración Trump en las discusiones con
Japón. El impacto en la economía sería considerable", comenta en una
nota Tobias Harris, vicepresidente de Teneo Intelligence.
En
Japón hay unos 10 constructores automovilísticos (incluidos Toyota y
Nissan), que venden millones de vehículos a Estados Unidos.
"Creemos que unas tasas del 25% podrían afectar al PIB japonés en un 0,4 o 0,5%", calcula Taguchi.
"Probablemente
empiecen a producir más en Estados Unidos", considera. Pero el margen
de maniobra es limitado, pues "las empresas japonesas ya ensamblan casi 4
millones de coches al año en Estados Unidos y emplean a 1,5 millones de
trabajadores" allí.
Respecto
a si el gobierno japonés optaría por represalias, como ha hecho China,
Abe consideró que eso "no va en el interés de ningún país".
- ¿Cómo puede escapar Japón? -
Aumentando
sus compras de "gas de esquisto, material militar estadounidense y
otros productos que no afecten de forma significativa a la producción en
suelo japonés", sugiere Taguchi.
Probablemente no sea suficiente y ahí es donde Japón deberá ser un buen negociador.
"Si
el gobierno de Abe ofrece un conjunto satisfactorio de concesiones,
especialmente en agricultura", quizás pueda escapar a la furia
estadounidense, piensa Harris.