LONDRES.- Es cierto que los principales bancos de Europa han superado una prueba
importante sobre su capacidad de resistencia en las recientes pruebas al
sector, pero los reforzados balances sirven de poco cuando generan una
rentabilidad tan escasa comparada con sus competidores estadounidenses,
dicen los inversores.
Los resultados de los tests de estrés, publicados el viernes por la
Autoridad Bancaria Europea, muestran que el sector goza de una razonable
salud financiera y concluyen que las 48 entidades analizadas serían
capaces de soportar baches económicos como una caída en los precios
inmobiliarios o de la deuda.
Por primera vez desde 2009, el
chequeo del sector en la UE mostró que todos los grandes bancos
superaron un umbral de capital clave en el escenario económico más
adverso.
Sin embargo, el vicepresidente del Banco Central
Europeo, Luis de Guindos, dijo el lunes que una docena de bancos que se
quedaron por debajo del umbral del 9 por ciento en el escenario adverso
deberían reforzar sus posiciones de capital.
Entre estos bancos se encuentran Deutsche Bank, BNP Paribas y Societe Generale.
Los
temores a nuevas ampliaciones de capital explican en parte por qué los
inversores todavía ven con recelo el sector. El índice STOXX de la banca
europea, que ha caído un 20 por ciento en lo que va del año, cotizó sin
grandes cambios el lunes después de conocerse los resultados.
Parece
que esta reticencia continuará ante el clima de debilitamiento de las
perspectivas económicas en Europa, según gestores de fondos y analistas.
Una década después de la crisis financiera y a pesar de los
años de estímulo monetario, el crecimiento de Europa se está
desacelerando, y los economistas encuestados por Reuters pronostican un
crecimiento del PIB para todo el año en la zona euro del 2,1 por ciento
este año y del 1,8 por ciento el próximo.
Eso se debe a unas
perspectivas de mayor debilidad en parte por la crisis política de
Italia, la desaceleración en Turquía y las posibles consecuencias del
divorcio de Reino Unido de la Unión Europea, factores que fueron
incluidos en los escenarios de prueba de estrés.
A nivel
superficial, las acciones de los bancos europeos parecen gangas. La
valoración del sector a través del índice bancario STOXX apenas se sitúa
por encima de mínimos históricos, mucho después de que las entidades se
hayan deshecho de los activos tóxicos que echaron por tierra la fe en
el sistema financiero en 2007.
Pero el hecho de que los
niveles de capital bancario ahora sean aproximadamente tres veces más
altos que los niveles anteriores a la crisis no ha logrado alejar la
inquietud sobre el origen del crecimiento de los ingresos bancarios.
“La rentabilidad sigue siendo un gran problema para muchos
bancos en Europa”, dijo a Reuters Mario Quagliariello, director de
análisis económico de la EBA.
Los
bajos tipos de referencia (del 0,75 por ciento en Reino Unido y del
-0,4 por ciento en la zona euro) están obligando a las entidades a
recortar márgenes y asumir mayores riesgos a medida que la demanda de
préstamos se desacelera en un contexto de estancamiento del crecimiento,
dando lugar a unas rentabilidades pobres para los inversores.
“Las
acciones de los bancos europeos han tenido un año difícil hasta ahora, y
hasta que no haya datos económicos que sugieran un crecimiento
económico sólido en la zona euro, es poco probable que las acciones de
los bancos se recuperen”, dijo Mike Olivia, asesor de WestPac Wealth
Partners, que tiene acciones en el sector bancario.
Los
directivos bancarios también tienen menos libertad para ganar dinero en
la banca de inversión después de la crisis financiera, argumentan los
inversores. Este problema se ve agravado por una incapacidad igualmente
sorprendente para contener los costes.
Además, el endurecimiento
de la regulación ha hecho que el sector sea más seguro pero menos
lucrativo, según los gestores de fondos, lo que hace que sea más difícil
vender las acciones bancarias a sus clientes de seguros y fondos de
pensiones, que demandan mayores recompensas por unas inversiones que
perciben como arriesgadas.
La rentabilidad media de los bancos de
la UE en 2017 se situó en el 5,6 por ciento, casi la mitad del nivel de
2007, cuando estaba en el 10,6 por ciento, según datos de la Federación
Bancaria Europea, y por debajo del 9 por ciento registrado por sus
competidores de EEUU.
Los negocios de banca de inversión de las
entidades estadounidenses aumentaron su cuota de mercado a expensas de
sus rivales europeos, víctimas de una debilidad mayor bursátil y una
mayor regulación en Europa, y otorgaron unos márgenes operativos -una
medida clave de la rentabilidad- más altos a los bancos de Estados
Unidos.
Según los datos de Coalition, los principales negocios de
renta variable y de renta fija de los bancos estadounidenses alcanzaron
márgenes del 31 por ciento y el 42 por ciento en la primera mitad de
este año, en comparación con el 14 por ciento y el 27 por ciento de esos
mismos negocios en los bancos de inversión más grandes de Europa.
Las
dos señales de compra más grandes para los inversores en los bancos son
un alza en los tipos de interés, seguida del crecimiento en la demanda
de deuda. Pero ambos factores están en manos de los responsables de las
políticas monetarias, no de los directivos de los bancos, señaló Vincent
Vinatier, gestor de carteras de AXA IM, que posee acciones bancarias.
“La mayoría de la gente duda de que volvamos a ver los tipos
de ganancias que vimos antes de la crisis (...) El ROE (rendimiento
sobre el capital) será solo una fracción de lo que fue”, dijo Vinatier a
Reuters.
Los anhelados aumentos de tipos llegarán, pero los
que volvieron a entrar en acciones de los bancos europeos en febrero,
cuando las esperanzas de un cambio en la política monetaria alcanzaron
su auge, se vieron castigados con una caída del 20 por ciento en las
cotizaciones. Cuando los tipos suban, es probable que ocurra en
pequeños incrementos tras señales claras de los dirigentes de las
políticas monetarias en la UE.
Y el impacto positivo sobre los
márgenes de los bancos probablemente será compensado en gran medida por
la necesidad de devolver los préstamos ultrabaratos ofrecidos por el
Banco Central Europeo en los últimos años, reemplazándolos con fondos
más costosos, según los analistas de Berenberg.
Los
mayores costes de la deuda también podrían resultar fatales para una
gran cantidad de las llamadas ‘firmas zombi’, compañías con dificultades
para pagar sus deudas con sus beneficios actuales.
Ante
las dificultades para elevar los ingresos, se considera fundamental
controlar los costes en la batalla para recuperar a los inversores.
“Aún
queda mucho más por reducir costes, es decir, más cierres de sucursales
y reducción de personal”, dijo Marc Halperin, directivo del Federated
International Leaders Fund, que, entre otros, invierte en ABN AMRO,
Grupo AIB , Credit Suisse, BNP Paribas, Intesa Sanpaolo y UniCredit.
Los gastos del banco de inversión de Barclays, por ejemplo, continúan
disparados, impidiendo que el banco cumpla su objetivo de reducir el
ratio de eficiencia, que compara costes con ingresos, por debajo del 60
por ciento.
El director financiero de Standard Chartered,
Andy Halford, dijo que su banco “prácticamente no logró avances” en la
reducción de costes este año en un correo electrónico filtrado que envió
el mes pasado a la plantilla.
Y los beneficios logrados por
la reducción de puestos de trabajo y sucursales se han visto eclipsados
por nuevos gastos en tecnología y seguridad cibernética.
Los
bancos han dejado atrás la época de las grandes multas por malas
conductas, pero el cumplimiento de las normativas es un gasto general
inevitable que aumentará a medida que se amplíen sus actividades.
Y
las promesas de pagos de dividendos anuales del 4, 5 y hasta del 6 por
ciento tampoco atraen a los inversores, porque los grupos de energía, de
telecomunicaciones y las aseguradoras europeas pueden ofrecer los
mismos dividendos con un riesgo reducido, dijeron gestores de fondos.
Según datos de Berenberg, los bancos son el segundo sector más
barato en términos de PER (relación de la cotización con las
expectativas de beneficio), cotizando a 9,1 veces las estimaciones de
consenso sobre los beneficios de 2019, con un descuento del 30 por
ciento en los precios de mercado, y ofreciendo un rendimiento estimado
de 5,79 por ciento para 2019.
Sólo el sector de automóviles es más barato.
Aunque
son neutrales con respecto al sector, los analistas de Bernstein
dijeron que los inversores rara vez tuvieron una mejor oportunidad de
comprar el ROE que actualmente ofrece el sector a precios tan baratos.
“Si uno quisiera ver el lado positivo, los bancos europeos
tienen una valoración algo barata con respecto a su nivel de ROE en
comparación con lo que sugiere la historia”.
Los inversores
más bajistas dicen que el reducido interés por los bancos europeos se
debe a los crecientes temores de que el proyecto europeo esté condenado
en última instancia, o a que otra crisis financiera global provocada por
las guerras comerciales o la insolvencia soberana está a la vuelta de
la esquina.
“La
próxima crisis financiera será provocada por la deuda soberana, en
lugar de por los bancos. Sin embargo, los bancos son dueños de gran
parte de la deuda soberana, por lo que existe un riesgo de contagio”,
dijo Matthew Gallagher, miembro de Odinic Advisors.
“Grecia e
Italia están comenzando a mostrar grietas y no recibirán ayuda mientras
los tipos de interés aumentan en Estados Unidos”.