NUEVA YORK.- Los inversores esperan que la división de poder entre republicanos y
demócratas tras las elecciones de mitad de legislatura en Estados Unidos
creará oportunidades para realizar nuevas apuestas en bolsa ya que
algunas políticas gubernamentales serán más difíciles de predecir.
Las correlaciones entre valores y sectores fueron elevadas en el
período previo a las elecciones parlamentarias del martes, es decir que
determinados activos se movieron al mismo tiempo, disminuyendo o
incrementando su valor simultáneamente, ya sea en sentido inverso o en
la misma dirección. Algunos fondos han experimentado pérdidas ante las
dificultades de selección de valores.
Ahora, con mayoría de los
demócratas en la Cámara de Representantes y de los republicanos en el
Senado, los gestores de fondos pueden tomar posiciones opuestas en
varias cuestiones de regulación que afectan a las inversiones.
Entre
otras cuestiones, habrá que comprobar si el sector financiero se
beneficia finalmente de una mayor desregulación teniendo en cuenta la
supervisión más estricta de la Cámara de Representantes; si las empresas
de atención médica sufren más propuestas de reducción de los costes
públicos; y si los gastos militares se ven afectados por enfrentamientos
sobre el tema entre los dos partidos.
“Si estamos en un entorno
generalmente volátil pero que no es demasiado negativo, es decir un
mercado de altibajos en lugar de un mercado bajista, creo que sería un
entorno donde habría menos correlaciones”, dijo Evan Brown, jefe de
estrategia de asignación de activos macroeconómicos en el negocio de
gestión de patrimonio de UBS AG.
“Hay potencial para que algunos
sectores evolucionen mejor que el mercado y otros peor como resultado de
las elecciones”.El presidente Donald Trump dijo el miércoles que estaba
dispuesto a trabajar con los demócratas en algunas prioridades de
normativas.
Entre otros asuntos en los que podría haber acuerdo
están un paquete para mejorar las infraestructuras, limitaciones a los
aumentos de precios de medicamentos recetados y un impulso para
reequilibrar la balanza comercial con China.
Los índices de bolsa de EEUU subieron el miércoles, pero el Implied Correlation Index Cboe S&P bajó más de un 9 por ciento.
Las
correlaciones entre acciones y sectores tocaron fondo en septiembre,
pero aumentaron en octubre. Y lo que es aún más preocupante: los bonos y
las acciones se movieron en tándem, con descensos simultáneos a lo
largo de dicho mes, algo que solo ocurre por duodécima vez desde marzo
de 2009, cuando comenzó el ciclo alcista del mercado de EEUU.
La
venta masiva de acciones en octubre se debió a preocupaciones
macroeconómicas vinculadas a la Reserva Federal de EEUU, aranceles e
inflación, y afectó gravemente a los gestores de fondos activos. Los
gestores de activos de fondos de gran capitalización de EEUU registraron
sus peores resultados en comparación con su índice de referencia desde
septiembre de 2011, según datos de Bank of America Corp.
De
producirse más conflictos en cuestiones legislativas, estas fricciones
podrían tener más influencia en la evolución de las bolsas que los datos
macroeconómicos.
Por ejemplo, algunos inversores están apostando
por los grupos de materiales de construcción Martin Marietta Materials
Inc y Vulcan Materials Co con la esperanza de que haya un apoyo de los
dos partidos a un mayor gasto en infraestructuras.
Sin embargo,
el fundador de ValueWorks LLC, Charles Lemonides, dijo que está
reduciendo su participación en estas acciones, ya que comienzan a
reflejar demasiado optimismo.”Creemos que hay muchas oportunidades para
las personas que están dispuestas a hacer el arduo trabajo de invertir,
que es encontrar inversiones individuales que tengan sentido”, dijo
Lemonides.
Las fuerzas macroeconómicas pueden ser menos
relevantes de lo que se supone a corto plazo. La reunión esperada a
finales de mes entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, podría
ofrecer palabras esperanzadoras pero ningún compromiso en firme para
resolver los problemas comerciales.
La Reserva Federal de EEUU
podría aumentar los tipos en diciembre, tal como espera el mercado, al
tiempo que lanza un mensaje que mantenga la calma de los mercados. Se
trata de dos cuestiones, la guerra comercial y el endurecimiento de la
política monetaria, que podrían aparcarse hasta 2019.
Mientras
los mercados se centran en cuestiones de menor alcance que las políticas
comerciales y monetarias, las implicaciones para las acciones podrían
ser positivas para el próximo año, según los inversores.
Las
bajas correlaciones entre las acciones también suelen significar una
menor volatilidad para el mercado en general. Este tipo de escenario
benigno fue lo que permitió a las acciones sobrellevar la incertidumbre
de la nueva Administración Trump en 2017.
Obviamente, los
titulares sobre comercio, política monetaria o inesperados problemas
macro podrían alterar las perspectivas optimistas, manteniendo altas las
correlaciones. Los beneficios de las empresas y el crecimiento
económico en todo el mundo podrían tocar techo.
Los formuladores
de políticas, incluso dentro de un mismo partido, podrían estar tan en
desacuerdo que no haya ningún cambio legislativo. Los republicanos, que
han controlado la Casa Blanca y el Congreso desde enero de 2017,
sorprendieron a los inversores al no reemplazar la Ley de Protección al
Paciente y Cuidado de Salud Asequible (más conocida como “Obamacare”) a
pesar de que era una promesa de campaña.
La
nueva situación complica las apuestas en una serie de problemas, desde
la revocación de un impuesto a los dispositivos médicos hasta la
aprobación de los presupuestos o la relajación de las regulaciones
bancarias. Cada evento podría ser importante a nivel sectorial, pero es
poco probable que determine el curso del mercado en general. Los
aranceles impuestos en EEUU comenzarán a afectar a las empresas e
industrias, lo que da más valor aún a la selección de empresas y
sectores a la hora de invertir.
Además, las contundentes medidas
de política monetaria tras la crisis financiera mundial de 2007-2009
están comenzando a retirarse, lo que genera diferencias entre los países
y permite que se acumulen más inversiones en acciones defensivas en
Estados Unidos, donde antaño se habían visto eclipsadas por las
tecnológicas.
Liz Ann Sonders, estratega jefe de inversiones de
Charles Schwab & Co Inc., cree que el hecho de que haya una mayor
diversidad de factores que muevan el mercado podría ayudar a que más
personas inviertan.