Tras dos décadas de chavismo el país parece estar al borde del
precipicio con una inflación diaria que supera el 3% -y se proyecta que
el 2018 cierre en 2.500.000 %- hay una severa escasez de alimentos y
medicinas, fallos en todos los servicios públicos, instituciones y
sectores antes productivos.
Aunque el mandato de Chávez llegó hasta el 5 de marzo de
2013, fecha en la que falleció, Maduro continuó con el proyecto
"revolucionario" de su antecesor aunque opositores, analistas e incluso
simpatizantes del militar hablan ahora de "madurismo" pues acusan de no
seguir su "legado".
Parte de los argumentos que se
esgrimen los detractores de Maduro es que la producción de crudo de la
estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) pasó de 3 millones de barriles
diarios durante el Gobierno de Chávez a un poco más de un millón en este
mandato.
Según datos del Parlamento, de mayoría opositora, la economía venezolana se ha contraído 53 % desde 2013.
Con todo, diversos sectores opositores y principalmente el considerado
número dos del chavismo, Diosdado Cabello, aseguran que Maduro ha
seguido el camino iniciado por el fallecido presidente.
Según el Gobierno de Maduro y sus fieles seguidores, hoy el pueblo
decide el destino del país con las mayores reservas petroleras del mundo
que, según economistas, enfrenta en la actualidad la más "dañina"
crisis de su historia tras tener más de un año sufriendo los embates de
una hiperinflación.
Los "maduristas" aseguran que sí
se han logrado "conquistas sociales" y también defienden su política
económica caracterizada por constantes aumentos salariales, controles de
precios y un control de cambio que comenzó en 2003 y que al día de hoy
mantiene al país en una sequía de divisas.
El
chavismo actual enarbola como bandera los programas o misiones como el
de entrega de viviendas que, según datos del Gobierno, ya alcanza a más
de dos millones de familias.
La misión Barrio Adentro
por la que médicos cubanos ofrecían servicios de salud en las zonas más
vulnerables y la cantidad de pensionados que aseguran ya llega a más de
cuatro millones de jubilados, ambos programas criticados por la
oposición que asegura son insuficientes.
Asimismo,
los planes de abastecimiento de alimentos que empezaron con empresas
creadas por Chávez como el conocido PDVAL, una distribuidora de
alimentos en las localidades más pobres a precios accesibles y que
terminó siendo llamada "Pudreval" tras descubrirse que muchos de estos
alimentos estaban descompuestos.
Actualmente, se
implementa un programa conocido como CLAP por el cual el Gobierno otorga
a unas seis millones de personas alimentos subsidiados, siempre que
tengan un instrumento conocido como "carnet de la patria" y que hoy es
indispensable para acceder a cualquier beneficio social.
Los líderes del Gobierno sostienen en este sentido que Venezuela va
rumbo a la "soberanía alimentaria", pues también han llamado a sembrar y
a incluso criar gallinas, conejos o cabras en sus propias casas.
Pese a estos "logros", Chávez también expropió durante su mandato unas
6.000 hectáreas de tierras productoras, según datos de la Federación de
Productores Agropecuarios (Fedeagro) que asegura que Venezuela lleva 12
años de "caída sostenida" de la producción.
Antes de
la llegada al poder de Hugo Chávez, Venezuela producía "el 70% del
consumo nacional" y actualmente solo se llega al 20 %, ha señalado en
reiteradas oportunidades el presidente de Fedeagro, Aquiles Hopskin, que
también ha alertado sobre la importación de productos que antes se
producían en el país, como el azúcar.
Además, de
acuerdo con datos de la principal patronal de Venezuela, Fedecámaras, en
el país se expropiaron más de mil empresas durante el mandato del
fallecido presidente y para el día de hoy el parque industrial activo en
el país es de 20 %.
"El 45 %" de ese 20 % activo
"está trabajando por debajo del 20 % de su capacidad", de acuerdo con
datos de Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
"El otro 80 % fue muriendo desde que asumió el señor Chávez hasta ahora
son empresas que han dejado de existir", dijo el presidente de
Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga.
Los detractores
del chavismo, entre los que se incluyen a empresarios y economistas,
aseguran que las políticas del Gobierno son erradas, porque no han
generado producción, pero sí corrupción; se calcula un desfalco a la
nación de 400.000 millones de dólares a través del control de cambio
instaurado hace 15 años.
Y dentro de esos actos de
corrupción están envueltos exfuncionarios chavistas como el extesorero
de la nación Alejandro Andrade, condenado a 10 años de cárcel en Estados
Unidos, y exministros de Petróleo entre los que se acusa a Rafael
Ramírez que dirigió PDVSA durante más de una década.