SAO PAULO.- Para quien tiene nervios
sólidos, la Bolsa de Sao Paulo siguió siendo buen negocio en un 2018
marcado por las incertidumbres electorales en Brasil e importantes
pérdidas en muchos mercados mundiales. Y los inversores vaticinan un
2019 aún mejor, con las promesas económicas del gobierno de Jair
Bolsonaro.
La Bolsa de Sao Paulo cerró este viernes, último pregón
del año, con una fuerte alza de 2,84%, a 87.887 puntos, culminando un
año volátil pero con lucros de 13,07%.
Por otro lado, dólar culminó el día cotizado a 3,84
reales. la moneda brasileña se valoró 0,55% en la jornada, aunque
despide el año con depreciación de 16,9% frente a la moneda
estadounidense.
El Ibobesca registró su tercer año consecutivo de
fuertes ganancias, después de haber subido 38% en 2016 y 27% en 2017. En
2018 la subida fue de 'apenas' 13,07%, pero los analistas sostienen que
las expectativas para este año fueron alcanzadas en el mayor parqué de
América Latina.
"Es un resultado bastante positivo para Brasil
(...), un caso aislado en un contexto internacional en que la mayoría de
las bolsas están registrando bajas", dijo André Perfeito, de la
consultora Spinelli.
"Logramos gran parte de nuestros objetivos.
Llegamos a estar más optimistas y a pensar que llegaríamos a los 95.000
puntos, pero el escenario exterior está extremadamente negativo", apuntó
Rafael Passos, de Guide Investimentos.
Los sectores de consumo, servicios y financiero lideraron las alzas del año.
En
la lista de las diez acciones que más crecieron en 2018 destacaron
también los de la estatal Petrobras con valoración de más de 40% y del
gigante de la belleza Natura que creció más de 30%.
El Ibovespa
superó en enero por primera vez la marca de los 80.000 puntos, pero su
impulso se frenó después de una huelga de camioneros que en mayo
paralizó al país por diez días. El índice retrocedió a la franja de los
70.000 puntos, en la cual se mantendría durante varias semanas por las
incertidumbres de la campaña de las elecciones de octubre.
Solo
volvió a su nivel anterior cuando las encuestas dejaban clara una
victoria del ultraderechista Bolsonaro, considerado más alineado que el
candidato de izquierda Fernando Haddad con las políticas de ajustes
reclamadas por los inversores para sanear las cuentas públicas.
La
derrota en el segundo turno de Haddad elevó la euforia. El Ibovespa
rozó los 90.000 puntos, antes de moderar el entusiasmo mientras los
inversores escrutan las posibilidades de Bolsonaro de hacer aprobar la
crucial reforma del régimen de jubilaciones y el avance de su programa
de privatizaciones.
Los
analistas coinciden en que en 2019 el Ibovespa podría superar los
110.000 puntos, aunque Perfeito cree que enero debe ser un mes de
cautela, debido a la agitación de los mercados externos.
La
orientación de las inversiones hacia papeles bursátiles se ve favorecida
además por el mantenimiento de la tasa básica de interés en su mínimo
histórico (6,5% al año) y un nivel relativamente bajo de inflación para
Brasil (de menos de 4%).
Las previsiones del mercado son de una
aceleración del crecimiento económico en 2019 entre 2% y 2,5%, alejando
el espectro de una recaída después de la recesión histórica de 2015-2016
y de dos años de crecimiento débil (1% en 2017 y expectativas en torno a
1,3% en 2018).
El presidente
saliente Michel Temer consiguió aprobar varias reformas, como la
congelación de los gastos públicos durante veinte años, pero a partir de
mediados de 2017 tuvo que dedicar sus energías políticas a ponerse a
salvo de acusaciones de corrupción.
Una de las incógnitas reside
ahora en la capacidad de Bolsonaro de obtener el apoyo para sus
proyectos en el Congreso, pulverizado en unas treinta bancadas. El
exmilitar apuesta a pasar por encima de los partidos, reuniendo lobbies
que lo apoyaron en la elección, como el del agronegocio y el de los
evangélicos.
"Lo que Bolsonaro pretende hacer es muy osado. En
materia de la reforma, está lidiando con el Congreso de una manera
nueva, está intentando algo que nunca fue hecho, que es negociar con
bancadas temáticas en lugar de partidos políticos", comenta Perfeito.
A
juicio del analista, las altas expectativas pueden verse frustradas
precisamente "porque hay mucho optimismo".
"No va a ser tan simple",
advierte.
Passos destaca que el eventual avance de la agenda de
reformas favorecerá la llegada de capitales extranjeros.
"Brasil está
atractivo para la inversión", dice.