NUEVA YORK.- Los
operadores regresan a sus escritorios en el nuevo año con una señal de
advertencia familiar que parpadea aún más fuerte que antes: la curva de
rendimiento de los bonos del Tesoro se volvió aún más plana, lo que
alimenta las peores sospechas del mercado sobre la economía
estadounidense.
Los
observadores del mercado observaron una compresión dramática en lo que
podría considerarse el indicador más confiable de una recesión: la
brecha entre los rendimientos de los bonos del Tesoro a 3 meses y 10
años.
Este
diferencial alcanzó un mínimo posterior a la crisis de solo 18,6 puntos
básicos al inicio de las operaciones en Nueva York el miércoles, apenas
la mitad del pico intradiario que alcanzó el 31 de diciembre.
Desde
entonces, la brecha ha retrocedido hacia su nivel de apertura para el
día de alrededor de 24 puntos básicos, pero la tendencia a la reducción
es difícil de ignorar, a medida que los datos económicos de EE.UU. se
deterioran y los operadores comienzan a asimilar en los precios la
posibilidad de un recorte de la tasa de la Reserva Federal en 2020.
Los
estrategas de tasas de interés en BMO Capital Markets señalan que la
caída en este indicador acaba de hacer el trabajo del presidente de la
Fed, Jerome Powell, "mucho más difícil".
Si bien los funcionarios del
banco central han advertido contra la interpretación excesiva del
aplanamiento de la curva ampliamente observada entre los bonos de 2 años
a 10 años, BMO señala que existe "una gran cantidad de investigación
académica" en torno a la curva de 3 meses a 10 años, y "generalmente se
acepta como un mejor predictor de recesión".
Citan,
en particular, el análisis del Banco de la Reserva Federal de
Cleveland, cuyo propio modelo indicó a mediados de diciembre una
posibilidad de recesión de aproximadamente 24 por ciento para el próximo
año.
En ese momento, el diferencial entre los rendimientos de 3 meses y
10 años era considerablemente más amplio, y los estrategas de BMO
consideran que "el próximo cálculo de este modelo en dos semanas
seguramente mostrará un aumento sustancial en la posibilidad de una
recesión".
Los
estrategas llaman la atención sobre el nivel de 20 puntos básicos para
el diferencial, el cual aseguran que ha funcionado como un indicador de
la política de la Fed en las últimas décadas.
Señalan que cuando se
cruzó ese umbral en 1989 y varias veces en la década de 1990, unos
cuantos meses después la Fed pausó las alzas o recortó las tasas. Un
caso atípico fue en 2006, cuando los funcionarios realizaron cuatro
subidas de tasas más antes de iniciar un ciclo de flexibilización.
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