martes, 22 de enero de 2019

El cierre presupuestario en EEUU cumple un mes con magras expectativas de solución

WASHINGTON.- Estados Unidos entró este martes en el segundo mes de parálisis presupuestaria por falta de acuerdo entre el Congreso y la Casa Blanca, que exige construir un muro en la frontera con México, con magras expectativas de salir de la crisis que lastra la primera economía mundial.

Desde el 22 de diciembre, una parte del gobierno federal está en parálisis por el pulso entre la oposición demócrata en el Congreso y el presidente Donald Trump, que se niega a firmar cualquier ley presupuestaria que no incluya una partida de 5.700 millones de dólares para erigir un muro fronterizo.
Este martes Trump prometió que "no cederá".
El muro es una de las promesas centrales de su campaña pero los demócratas se oponen por considerar que esta construcción es "inmoral", costosa e ineficaz.
El sábado Trump ofreció a los demócratas dar un estatuto de protección a cerca de un millón de migrantes amenazados por la deportación: los "dreamers", jóvenes que entraron a Estados Unidos de forma ilegal cuando eran niños acompañando a sus padres, y a los beneficiarios de programas de protección temporal (TPS).
Trump había suspendido ambos programas tras su llegada al poder.
Este martes, los líderes del Senado acordaron que el jueves votarán sobre dos propuestas opuestas para poner fin al cierre del gobierno, pero hay pocas posibilidades de que cualquiera de ellas logre la aprobación necesaria.
La primera financiaría a todas las agencias del gobierno cerradas hasta septiembre, e incluye la demanda de Trump de fondos para el muro y su política de inmigración.
La segunda es sobre una medida provisional que financiaría al gobierno hasta el 8 de febrero, dejando lugar para seguir el debate sobre la seguridad fronteriza y la inmigración, al tiempo que permitiría el próximo discurso de Trump sobre el Estado de la Unión.
Cada propuesta requeriría 60 votos para avanzar en el cuerpo de 100 miembros, un umbral alto dado el nivel actual de rencor partidista sobre quién es el culpable del 'shutdown'.
"Sin un muro nuestro país nunca puede tener ni frontera ni seguridad nacional", tuiteó Trump más temprano, acusando a los demócratas de estar en "juegos políticos".
La líder de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, respondió acusando al presidente y a los republicanos que controlan el Senado de tener a los estadounidenses como "rehenes".
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo este martes que la posibilidad de terminar con la parálisis está "justo delante de nosotros".
Pero el proyecto no parece tener un camino allanado, y el líder de la bancada demócrata, Chuck Schumer, dijo que la oferta de los republicanos no va a "ninguna parte por lo pronto".
"El presidente Trump y el líder McConnell necesitan recobrar el sentido común", agregó.
La parálisis presupuestaria afecta directamente a 0,5% de los trabajadores estadounidenses, pero a medida que avanza el tiempo sin soluciones a la vista, ésta también ha afectado la confianza de la mitad de los consumidores, según una encuesta realizada por la Universidad de Michigan.
También afecta al crecimiento de la economía, en un contexto de desaceleración mundial, afirman los expertos.
Cerca de 800.000 funcionarios están en permiso sin goce de sueldo o están obligados a trabajar sin paga. En áreas sensibles como el Departamento de Seguridad Interna, el de Transporte o el Departamento de Estado, el personal fue recortado al mínimo.
En los parques nacionales ya no hay seguridad y muchos museos están cerrados y el tráfico en los aeropuertos también ha sido afectado.
El FBI se quejó este lunes de que esta parálisis le impide a la agencia pagar sus informantes y ejecutar operaciones. 
Los guardacostas "navegan por el mundo para proteger los intereses nacionales estadounidenses mientras sus seres queridos deben enfrentar dificultades financieras y la falta de un salario en la casa", dijo el lunes el almirante Karl Schultz, jefe de ese cuerpo militar.
Habitualmente los funcionarios afectados son pagados con efecto retroactivo una vez que se termina la parálisis presupuestaria, pero cerca de un millón de trabajadores de servicios externalizados se quedarán sin cobrar.
"Pronto perderé mi coche porque ya estoy muy atrasada en los pagos, mi seguro de salud, mi servicios de asistencia en ruta", contó Yvette Hicks, una madre soltera con dos hijos que trabaja para la institución cultural Smithsonian de Washington.
Varias iniciativas de solidaridad se han puesto en marcha para ayudar a los afectados, desde comedores populares, noches de hotel gratuitas, hasta clases de yoga gratis para que los funcionarios enfrenten con calma su situación financiera.
Este "shutdown" es el más largo de la historia estadounidense y sus consecuencias también lastran el capital político de Trump. Según una encuesta, la mayoría de los estadounidenses culpa de la crisis a los republicanos y a la Casa Blanca.

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