CARACAS.- La lucha por el control de Venezuela subió de temperatura el
miércoles con una investigación que podría llevar a la captura del
autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó, quien instó a convocar
nuevas manifestaciones, mientras el mandatario Nicolás Maduro pidió
apoyo militar y denunció la existencia de planes para asesinarlo.
El
pulso entre Maduro y el líder opositor mantiene en vilo a la nación que
ahora afronta nuevas y duras sanciones de Estados Unidos a su sector
petrolero, origen de más del 90 por ciento de sus ingresos en divisas.
El Tribunal Supremo de Justicia, la máxima corte venezolana, impuso el
martes por la noche una prohibición de viajar a Guaidó y congeló sus
cuentas bancarias, en una aparente represalia por las sanciones
petroleras de Estados Unidos, que dañarían aún más la ya afectada
economía de la nación miembro de la OPEP.
Guaidó, un ingeniero de
35 años, es reconocido como el líder legítimo de Venezuela por Estados
Unidos y la mayoría de los países occidentales, el mayor desafío para
Maduro desde que asumió el cargo hace nueve años.
El diputado,
que preside la Asamblea Nacional controlada por la oposición, busca
nuevas elecciones con el argumento de que Maduro ganó un segundo mandato
de manera fraudulenta el año pasado. Guaidó además ofrece una amnistía
para tentar a los militares a abandonar el apoyo al jefe de Estado.
Hasta
el momento, Maduro cuenta con la lealtad de los militares y es poco
probable que retroceda. Rusia y China también son apoyos estratégicos,
lo que le da respaldo diplomático frente a Washington en el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas.
Rusia pidió el miércoles a la
oposición venezolana que abandone cualquier condición previa que pueda
tener y comience a dialogar con Maduro.
En
una entrevista con la agencia rusa RIA, Maduro rechazó los llamados a
celebrar elecciones anticipadas, afirmó que aún no se ha entregado una
orden para arrestar al líder opositor Juan Guaidó y prometió que Caracas
pagará sus deudas con Rusia y China.
El mandatario, que ha
denunciado que Washington planea un golpe de Estado en su contra para
apoderarse de las riquezas de Venezuela, denunció además que el
presidente estadounidense, Donald Trump, quiere eliminarlo.
“Sin
duda, Donald Trump ha dado la orden de matarme y le ha dicho al gobierno
de Colombia y a la mafia colombiana que me maten”, dijo Maduro a RIA.
Mientras,
prosiguió el miércoles temprano recorridos por puestos militares del
país y visitó una de las unidades acantonadas en la sede del vasto
complejo del Ministerio de Defensa, en el oeste de Caracas.
“Todos
articulados en un liderazgo que mueva la Fuerza Armada en una sola
dirección: La defensa de la patria (...), de la Constitución, la defensa
de su comandante en jefe constitucional”, dijo Maduro frente a decenas
de soldados en el acto transmitido por la televisión estatal.
“¡Unidad
monolítica! (...) Por donde aparezca un traidor mercenario, justicia
inmediata, justicia justa. ¿Entendido?” gritó el presidente obteniendo
de respuesta un sonoro “entendido” de los uniformados.
Además, el
martes por la noche envió un mensaje a la población estadounidense
pidiéndoles que no creyeran las versiones de los “grupos de extremistas”
que rodean a Trump.
“Pido
el apoyo del pueblo de los Estados Unidos para que no haya un nuevo
Vietnam y menos aquí en nuestra América”, dijo Maduro en un mensaje
difundido en las redes sociales.
Maduro,
un exdirigente sindical de 56 años que sucedió a su carismático mentor,
el fallecido presidente Hugo Chávez, ha visto desplomarse la economía y
la salida de más de 3 millones de venezolanos huyendo de la escasez de
alimentos, la violencia y la hiperinflación.
Guaidó convocó
nuevas manifestaciones y una marcha masiva para este fin de semana en un
intento de mantener la presión sobre Maduro en las calles. La acción
del miércoles no se limitaría a una serie de pequeñas concentraciones.
“Los
venezolanos nos reencontraremos en las calles de manera pacífica para
respaldar a nuestra Asamblea”, dijo el dirigente en un mensaje en
Twitter.
Guaidó también saludó a gobiernos de la región y a
Washington por reconocer a sus “embajadores” o dirigentes de la
oposición a los que nombró como sus representantes diplomáticos en
países como la vecina Colombia, Argentina y Estados Unidos.
Para el gobierno de Maduro tales acciones son ilegítimas.
El
presidente de Chile, Sebastián Piñera, insistió en que la solución a la
crisis que atraviesa Venezuela es la celebración de elecciones libres y
exigió la liberación de dos periodistas del canal estatal de televisión
chileno TVN que fueron detenidos el martes, sin explicación, mientras
realizaban la cobertura de los acontecimientos cerca del palacio de
gobierno.
Maduro ordenó el martes la creación de 50.000 “unidades
populares de defensa” que, según él, se encargarían de la “defensa
integral de la patria”. Si bien no estaba claro si estarían armados, la
estrategia reflejaría la preocupación del gobierno de que Estados Unidos
pueda intentar derrotar militarmente al presidente.
El
Pentágono no ha querido descartar acciones militares, pero la mayoría
de los expertos no las ve probables. Entre los principales asesores del
presidente Trump hay veteranos de la Guerra Fría relacionados con
intervenciones militares.
El asesor de Seguridad Nacional
estadounidense, John Bolton, alimentó especulaciones esta semana cuando
los periodistas vieron que llevaba escrito en una libreta “5.000
soldados a Colombia”.
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