EDIMBURGO.- El Gobierno escocés alertó hoy de
que el sistema para restringir la inmigración, que el Ejecutivo
británico pretende implementar tras el "brexit", será "económicamente
desastroso" para la región, que cuenta con un elevado porcentaje de
población envejecida.
La ministra escocesa de
Exteriores, Fiona Hyslop, presentará hoy en el Parlamento autonómico el
impacto que las medidas previstas por Londres pueden provocar en la
economía regional.
A finales de diciembre, el ministro británico de
Interior, Sajid Javid, dio a conocer un libro blanco sobre este nuevo
sistema que regulará la llegada de extranjeros una vez el país abandone
la Unión Europea (UE), previsiblemente el próximo 29 de marzo.
El esquema dará prioridad a los trabajadores cualificados, y si bien
el Gobierno no pondrá énfasis en el país de procedencia de los
inmigrantes, sí lo hará en que sus cualificaciones sean las que necesita
el país.
El nuevo sistema no tendrá como objetivo
reducir la inmigración a menos de 100.000 personas al año, como pasaba
hasta ahora, pero los candidatos deberán cumplir un requisito de salario
mínimo de 30.000 libras (unos 33.000 euros) para poder optar a una visa
de trabajo válida durante cinco años.
Según partes
de la intervención de Hyslop que ya han sido publicadas, la ministra
dirá ante la Cámara que, de acuerdo con los datos del Gobierno
británico, hasta el 85 % de los trabajadores que habrían considerado
trasladarse a Escocia, provenientes de países comunitarios, ya no serían
elegibles bajo las nuevas reglas.
"Las propuestas
del libro blanco del Gobierno británico serán económicamente desastrosas
para todo el Reino Unido, pero especialmente para Escocia", indicará, y
detallará que el PIB de la región podría reducirse en 10.000 millones
de libras (unos 11.000 millones de euros) para 2040.
Para la ministra escocesa, la libre circulación de personas dentro de
la Unión Europea ha sido "altamente beneficiosa para Escocia" al
permitir que "personas de toda Europa se establezcan aquí con sus
familias y desempeñen roles completos y vitales en nuestra economía y
como parte de nuestras comunidades".
La migración
neta anual al Reino Unido es actualmente de 230.000 personas, ya que el
objetivo de reducirla a menos de 100.000, fijado por el ex primer
ministro David Cameron, nunca se ha alcanzado.
El
Gobierno escocés reclama que la inmigración sea una competencia derivada
que pueda gestionar directamente debido a la alta dependencia que la
economía regional tiene respecto a la llegada de mano de obra
extranjera.
Los analistas han destacado que la
inmigración fue uno de los motivos por los que los británicos votaron a
favor del "brexit" en el referéndum celebrado en junio de 2016.
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