CHESTERFIELD.- Mientras Reino Unido se enfrenta al dilema sobre la salida de la Unión
Europea, algunos votantes de una vieja ciudad inglesa quieren lanzar un
mensaje a los políticos en Londres: no traicionéis el Brexit.
La laberíntica crisis del Reino Unido sobre la pertenencia a la UE se
acerca a su final con una extraordinaria gama de opciones que incluyen
un Brexit sin acuerdo, un acuerdo de última hora, unas elecciones
anticipadas, un retraso en el proceso y un nuevo referéndum.
En
Chesterfield, una ciudad del norte que respaldó mayoritariamente el
Brexit y con una economía que podría sufrir si Reino Unido abandona la
UE, algunos votantes tienen claro que prefieren salir sin acuerdo y
darían la espalda a la política si el Brexit se frustra.
“Tiene
que ser sin acuerdo, y no nos vamos a morir todos y a desintegrarnos.
¡Somos Gran Bretaña, recordadlo!”, dice Valerie Quigley, de 70 años,
partidaria del Brexit que tradicionalmente vota por el Partido
Conservador de la primera ministra Theresa May.
Quigley,
propietaria de una tienda de ropa de mujer durante 26 años, dice que May
ha hecho un buen trabajo en circunstancias difíciles.
“Si hay alguien que piensa que pueden hacerlo mejor que Theresa May, entonces que lo hagan”, dijo Quigley.
“Creo que en Bruselas y en la UE están muertos de miedo porque nos vamos”.
Si
bien se trata de una muestra no científica, las respuestas en
Chesterfield muestran la polarización existente entre los votantes que
apoyaron la separación y una elite de Londres que considera que el
Brexit será perjudicial.
May, que era partidaria de seguir en la
UE y se hizo con la jefatura del Gobierno tras la agitación provocada
por el referéndum sobre el Brexit en 2016, ha advertido de que frustrar
el voto amenazará la cohesión social al socavar la fe en la democracia
británica.
Esta
semana un grupo de diputados puso en marcha una iniciativa para que el
Parlamento arrebate al Gobierno el control del proceso y así evitar un
Brexit sin acuerdo, al considerar que esta opción sería desastrosa en
términos económicos.
En 2016, un 51,9 por ciento de los votantes
apoyó la salida de la UE, mientras que el 48,1 por ciento estuvo a favor
de seguir en el bloque.
Los sondeos muestran que el Reino Unido
sigue profundamente dividido, aunque la opción de seguir en la UE cuenta
con una ligera mayoría.
Los analistas indican que no hay muchos
votantes que hayan cambiado de opinión y que si bien algunas encuestas
parecen mostrar un apoyo creciente a otro referéndum, los resultados
varían según el texto de la pregunta.
En Chesterfield, una ciudad
comercial 240 kilómetros al norte de Londres que se remonta a la época
de los romanos y es famosa por una iglesia de aguja retorcida, los
votantes se muestran en su mayoría a favor de una ruptura total con el
club al que se unió el Reino Unido en 1973.
“Votamos entre
quedarnos en la Unión Europea o dejar la Unión Europea. No había una
casilla que indicara nada de un acuerdo. Yo voté a favor de salir”, dijo
David Mawson, de 51 años, quien dirige un negocio de movilidad.
La
falta de acuerdo significa que no habrá una transición, por lo que la
salida sería abrupta: el escenario de pesadilla para empresas
internacionales y el sueño de los partidarios de un Brexit a las bravas.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, dijo que
dejar la UE sin transición podría ser similar a la crisis del petróleo
de la década de 1970, aunque algunos partidarios del Brexit dicen que
estos pronósticos tienen como objetivo generar miedo.
Toby
Perkins, miembro del Parlamento por Chesterfield del opositor Partido
Laborista, advirtió el año pasado en una fábrica cercana de Toyota que
un Brexit sin acuerdo tendría un impacto devastador en la industria
automovilística.
Cerca de 80 personas de Chesterfield trabajan en
la planta, según Perkins. Toyota ha dicho que un Brexit sin acuerdo
podría detener temporalmente la producción en la planta.
Perkins,
cuyo distrito electoral ha estado bajo control del Partido Laborista
durante gran parte del siglo XX, votó a favor de permanecer en la UE en
el referéndum de 2016, pero rechazó el el acuerdo de May el 15 de enero
en el Parlamento.
Deborah Chattaway, una costurera de 52 años,
votó a los laboristas en las elecciones de 2017, pero dijo que no
volvería a votarles. Chattaway votó a favor de permanecer en la UE, pero
teme un Brexit sin acuerdo, por lo que cree que el Partido Laborista y
otros partidos deberían apoyar a May.
“Creo que todos los
partidos, el Partido Laborista y el resto, tienen que respaldar a
Theresa May y conseguir un buen acuerdo para el país y lograr que se
apruebe, lo mejor para todos”, dijo.
Pero el miedo a una “traición” está muy presente.
“Si
echan marcha atrás con esta votación, ¿cómo vamos a votar sobre nada
más?”, dice Mawson, quien votó a favor del Partido Conservador en las
últimas elecciones.
Jesse Lilley, de 66 años, que trabajaba en
una fábrica, solía votar al Partido Laborista, pero opina que ya no
representa a las clases trabajadoras.
Quiere una salida sin pacto con la UE y le preocupa que los políticos detengan el Brexit.
“Van a abrir la caja de Pandora y no saben qué va a salir”, dijo Lilley.
“¿Traicionarlos
y decir después que va a haber otras elecciones u otra consulta? La
gente ni se molestará (en votar). Dará problemas durante los próximos
veinte años”.
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