LONDRES.- La primera ministra
Theresa May prosiguió el jueves los contactos con los líderes de la
oposición británica en busca de un consenso sobre el Brexit, una tarea
complicada a poco más de dos meses de la fecha prevista para la salida
del Reino Unido de la Unión Europea.
La dirigente conservadora
había empezado a recibir a los líderes de los otros partidos el
miércoles por la noche, tras el fracaso de la moción de censura
presentada por los laboristas en su contra.
Sin embargo el líder laborista, Jeremy Corbyn, se negó a
reunirse con ella hasta que descarte claramente la temida posibilidad de
un Brexit sin acuerdo, de catastróficas consecuencias.
"Señora
primera ministra, renuncie [a la salida sin acuerdo] y negocie
seriamente la manera de contemplar el futuro", dijo Corbyn en un
discurso ante sus militantes en la ciudad de Hastings, en el sureste de
Inglaterra, pidiéndole a May que abandone sus "líneas rojas".
Asegurar
que de ningún modo habrá un Brexit sin acuerdo es una "condición
imposible", le respondió después en una carta la jefa del gobierno,
abriendo la vía para un nuevo enfrentamiento.
Tras dos años y
medio intentando unificar, sin éxito, a su propio partido entorno a su
proyecto de Brexit, May asegura estar trabajando ahora con "espíritu
constructivo" y pidió a sus oponentes que hagan lo mismo.
"No será
una tarea fácil pero los diputados saben que tienen el deber de actuar
por el interés nacional, de llegar a un consenso", dijo frente al número
10 de Downing Street, su residencia oficial, poco después de haberse
reunido con los liberaldemócratas, los nacionalistas escoceses del SNP y
el partido nacionalista galés Plaid Cymru.
Pero tras reunirse
este jueves con May, la única diputada de Los Verdes, Caroline Lucas,
lamentó que las negociaciones lleguen demasiado tarde y denunció que "no
hay ninguna señal de que la primera ministra quiera encontrar un
compromiso".
La jefa de gobierno conservadora conversó también con
los euroescépticos de su propio partido y con la pequeña formación
unionista norirlandesa DUP, que con sus votos evitó el miércoles el
triunfo de la moción de censura lanzada contra el gobierno.
May tiene hasta el lunes
para proponer un plan B, que debería votarse en el parlamento el 29 de
enero. La tarea se presenta tan ardua que la primera ministra anuló su
asistencia al foro económico de Davos, que comienza el lunes.
Según
el diario The Times, la ministra de relaciones con el Parlamento,
Andrea Leadsom, y otros euroescépticos siguen queriendo que el llamado
'backstop' –un mecanismo ideado para evitar la reinstauración de una
frontera dura en la isla de Irlanda– sea limitado en el tiempo.
También piden que el plan B incluya la promesa de negociar un acuerdo de libre comercio, siguiendo el modelo de Canadá.
A
pesar de que el gobierno británico aborda las conversaciones con la
oposición con un espíritu "muy abierto", sigue estando decidido en su
objetivo de llevar a cabo una política comercial independiente tras el
Brexit, dijo el presidente del partido conservador, Brandon Lewis.
"Esto significa que no podemos quedarnos en la actual unión aduanera", declaró a la BBC.
Por su parte, más de 170 personalidades del mundo económico reclaman un nuevo referéndum sobre el Brexit.
"Ahora
la prioridad es evitar salir de la UE sin acuerdo. Para hacerlo, el
único medio posible es pedir a los ciudadanos si todavía quieren
abandonar la UE", escribieron en una carta publicada por The Times.
Sin
embargo, según Lewis, el gobierno no cree que un nuevo referéndum sea
la mejor solución. Hasta ahora May lo descarta porque considera que no
sería democrático.
También defienden la organización de un segundo
referéndum el SNP, el partido Liberal Demócrata, el Plaid Cymru y Los
Verdes, que piden a Corbyn que se una a ellos.
El líder laborista
se había negado hasta ahora pero, tras perder la moción de censura y
verse alejar la posibilidad de nuevas elecciones, podría cambiar de
opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario