BRASILIA.- La ministra de Agricultura de
Brasil, Tereza Cristina Costa, dijo hoy que su país pretende negociar
con el mundo "sin ideología" y "sin ruidos políticos", y mantenerse como
el primer productor de alimentos "sin agredir al medioambiente".
Un ejemplo de esa premisa es China, el mayor socio comercial del país,
destino preferencial para productos agropecuarios brasileños y con la
que el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro desea hacer negocios
"de una forma muy profesional", indicó Costa en una rueda de prensa con
corresponsales extranjeros.
Esta semana, el viaje a China de una comisión
parlamentaria del Partido Social Liberal (PSL), que lidera Bolsonaro,
desató polémicas en la base oficialista, en la que algunos sectores
criticaron esa visita a un país "comunista".
Sobre
esas controversias, Costa dijo que su despacho se mantendrá ajeno a los
"ruidos políticos" y hasta anunció que prepara una gira por países
asiáticos que incluirá una escala en China.
La idea
es "sentarse a negociar en igualdad de condiciones" y agregar a la
cartera de negocios agrícolas cuestiones relacionadas también con la
infraestructura que necesita el campo brasileño, con la inclusión de
proyectos de ferrocarriles o hidroeléctricas que pudieran ser
financiados por capitales extranjeros, explicó.
La
ministra también negó que las nuevas políticas del Gobierno de Bolsonaro
apunten a permitir una mayor degradación del ecosistema amazónico o que
pretendan "acabar" con las reservas indígenas.
Según
dijo Costa, las leyes que regulan esos asuntos "no han sido alteradas" y
el Gobierno sólo pretende que "se cumplan", a través de una mejor
fiscalización y que, en caso de conflictos, la solución sea dada por la
Justicia.
Sostuvo que ese debate está contaminado por
"mucho romanticismo" y "algo de histeria" y que simplemente "existe la
ley y tiene que ser "cumplida", "aplicada" y "fiscalizada".
También indicó que, en el caso de las reservas indígenas, que ocupan el
13 % del territorio brasileño, así como "está la parte de la tierra,
también están la parte humanitaria" y el "derecho" de las poblaciones
originarias a no ser excluidas del desarrollo.
"Hay
que apoyar a los indígenas, ayudar a su desarrollo, llevar la salud
pública a sus reservas, que tienen los peores índices, y llevar también
electricidad", pues "donde hay pobreza, tampoco se preserva" el
medioambiente, afirmó.
Costa también confesó que la
decisión del Gobierno de mantener a Brasil en el Acuerdo de París sobre
cambio climático, que Bolsonaro había sugerido que podría ser
abandonado, fue "muy importante para la agricultura", pues salir de ese
tratado podría haber tenido un impacto negativo en las exportaciones del
sector.
Aún así, aclaró que así como Brasil
"respetará" las normas de ese acuerdo, "también es necesario que los
otros países cumplan con su parte".
Según la
ministra, el sector agropecuario brasileño "aún puede crecer mucho y eso
asusta al mundo" e incluso a grandes potencias como Estados Unidos, a
la que el Gobierno de Bolsonaro "ha comenzado a aproximarse", aunque en
esa área es un abierto "competidor" del país en los mercados
internacionales.
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