DAVOS.- Credit Suisse ve poco probable la
irrupción de una nueva crisis de deuda soberana como la vivida hace una
década, si bien detecta algunos focos de riesgo que hay que vigilar,
como el elevado endeudamiento de China, comparable al de España hace
diez años.
La entidad bancaria ha presentado hoy un informe en el Foro Económico de Davos.
Su responsable de inversiones para Europa, Michael
O'Sullivan, ha resumido los principales riesgos que amenazan a la
economía global, entre los que ha destacado la deuda de las empresas en
Estados Unidos, el elevado endeudamiento de China, "que está como estaba
España hace diez años", y los países emergentes, algunos de los cuales,
pero no todos, "aprendieron la lección hace 20 años".
El endeudamiento sigue siendo el principal desafío para el crecimiento
económico, ha explicado el economista jefe de Credit Suisse, Oliver
Adler, ya que aunque en los países desarrollados ha bajado, desde 2009,
su porcentaje con respecto al PIB, en algunos países emergentes está
subiendo de forma alarmante, particularmente en China.
Si en 1997 el porcentaje de deuda respecto del PIB era en China de
algo más del 100 %, en 2009 alcanzaba el 200 % y en la actualidad es del
300 %, la mayor parte en manos de empresas no financieras.
Al estar en China las mayores empresas en manos del Gobierno, esa
deuda se convierte en la practica en déficit del sector público.
El potencial de crecimiento de China "debería poder compensar" ese
elevado endeudamiento, pero de momento el esfuerzo se nota casi
exclusivamente en el reducido sector privado y en un descenso del ahorro
de las familias y de las posibilidades de inversión de las empresas.
El endeudamiento global está ahora en niveles no vistos desde el fin
de la II Guerra Mundial, ha explicado Adler, aunque distribuido de forma
muy irregular.
También es el endeudamiento del
sector "no financiero" lo que más preocupa a Credit Suisse en Estados
Unidos, si bien no ve probabilidad alguna de quiebra o "default".
Entre los factores que han convencido a la entidad suiza de que no hay
riesgo de una nueva crisis figuran las políticas monetaria y fiscal
puestas en marcha en todo el mundo, que hace además que los"contagios"
como los que se vieron en los países periféricos de la zona del euro
-España, Italia, Grecia- sean ahora muy improbables.
La "banca en la sombra" amenaza al sector
La "banca en la sombra" amenaza al sector
La "banca en la sombra"
-intermediarios financieros no bancarios- es ahora el principal desafío
para un sector que ya ha hecho penitencia por los pecados que llevaron
al sistema al borde del colapso hace una década, según expertos de
Credit Suisse en el Foro Económico de Davos.
Junto
con el banco suizo, Bank of America, UBS o Blackstone son algunas de las
entidades que han abordado durante la segunda jornada del Foro de Davos
la situación y los retos del sector.
Los bancos "se han arrepentido y han hecho su
penitencia", ha explicado el responsable de Estrategia y Macro de Credit
Suisse Maxime Botteron, que cree que "no han vuelto a pecar".
El desapalancamiento -reducción de la proporción entre deuda y
capital- y un enfoque de riesgos más prudente han reducido desde
entonces el riesgo sistémico, gracias a que las entidades han aumentado
sus ratios de capital y han reducido su endeudamiento, al tiempo que
cuentan con mayores liquidez.
Botteron advierte no
obstante del "legado" que la banca no ha digerido todavía, como los
activos dudosos que conservan en sus balances y que aún "abultan"
demasiado en Chipre, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia y España.
Aparte de esta herencia, ahora se ha concretado una nueva amenaza, la
"banca en la sombra", que en los últimos dos años ha crecido de forma
imparable en Estados Unidos y China, sobre todo para financiar al sector
inmobiliario.
El gigante asiático ha comenzado a
tomar cartas en el asunto, señala Botteron, pero en el resto del mundo
sería precisa una mayor intervención de los organismos reguladores.
También sobre la regulación ha incidido hoy en Davos el consejero
delegado y presidente de Bank of America, Brian Moynihan, que en contra
de la opinión de muchos directivos del sector se ha mostrado partidario
de contar con una adecuada regulación, o de lo contrario los clientes
pueden perder sus ahorros; "es lo mismo que pasa cuando no se ponen
controles de velocidad en las carreteras", ha dicho.
La idea de tener servicios financieros no regulados para mejorar la competencia sólo conduciría a mayores pérdidas, ha dicho.
Moynihan ve muy posible que surja en Estados Unidos, fruto de un
proceso de fusiones, una gran entidad financiera capaz de competir con
las más grandes.
Se trataría, ha explicado, de un
proceso inédito en Estados Unidos, al contrario de lo que ha ocurrido en
Europa, donde las fusiones bancarias se han sucedido impulsadas por los
organismos reguladores.
En otro panel, el
presidente del banco suizo UBS, Axel Weber, ha mostrado un moderado
optimismo, al considerar que a normalización de la política monetaria ya
iniciada en Estados Unidos por parte de la Reserva Federal (Fed) "no
será un problema en el actual ciclo, sino en el siguiente".
Weber cree que la Fed aprobará una o dos subidas de interés este año,
pero descarta un "ajuste agresivo" dada lo "delicado" del contexto
económico global.
Además, no ve probable la ruptura
entre la Unión Europea y el Reino Unido tras el "brexit", ya que a ambas
partes les interesa llegar a un buen acuerdo que sea aceptable para
todos.
Si se acaba el tiempo, ha añadido, se puede prorrogar el artículo 50 y proseguir con las negociaciones.
Para el presidente del banco de inversión Blackstone, Stephen
Schwarzmann, una de las pocas personas con línea directa con el
presidente estadounidense Donald Trump, el reto más relevante radica en
el ámbito de la digitalización y la inteligencia artificial, dos
herramientas que mejorarán las posibilidades de las empresas pero
también reducirán las desigualdades que tienen las personas en términos
de oportunidades de trabajo.
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