WASHINGTON.- Funcionarios
del gobierno de Estados Unidos no han revelado públicamente ningún
juicio sobre los esfuerzos de China para aliviar las tensiones
comerciales antes de las conversaciones de la próxima semana, lo que
aumenta la posibilidad de que los últimos anuncios de reforma económica
de Pekín no estarán a la altura de las exigencias del presidente Donald
Trump.
En
las últimas semanas, China ha anunciado pasos para abrir su economía,
desde que Trump y el presidente chino, Xi Jinping, se reunieron durante
la cena del 1 de diciembre para difundir las tensiones. Sin embargo, los
analistas dijeron que, en su mayoría, no cumplen con las demandas del
Representante de Comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, en términos de
grandes cambios estructurales en la supuesta transferencia forzada de
tecnología y el robo de propiedad intelectual.
"Los
chinos no han hecho nada que esté alineado con lo que él dice que
quiere: una reforma fundamental", dijo Derek Scissors, experto en
asuntos chinos del American Enterprise Institute en Washington. Con dos
meses restantes en el cese de la guerra comercial que termina en marzo
1, "era difícil imaginar que hubiera podido suceder en 90 días y se hace
más difícil con cada día que pasa", dijo.
Un
portavoz de la oficina de Lighthizer no respondió a una solicitud de
comentarios sobre las recientes promesas de China de abrir su economía.
‘Gran progreso’
En
diciembre 1, los líderes acordaron pausar un aumento adicional de los
aranceles durante tres meses mientras trataban de negociar un acuerdo.
El sábado, Trump se mostró optimista sobre las perspectivas, y escribió
en Twitter que el acuerdo "está avanzando muy bien" y que se estaba
evidenciando "un gran progreso".
Aún
así, dejó abierta la posibilidad de que las negociaciones pudieran
fracasar, al tiempo que indicaba que cualquier acuerdo tendría que
abordar todas sus preocupaciones. "Si se hace, será muy completo y
abarcará todos los temas, áreas y puntos de disputa", escribió Trump en
Twitter.
La
presión se está acumulando en ambos países para disminuir la disputa,
que está comenzando a afectar sus economías y mercados financieros.
Funcionarios
comerciales de los dos países se reunirán en Pekín la próxima semana
para la primera negociación cara a cara desde la cena de los líderes. El
representante comercial adjunto de EE.UU., Jeffrey Gerrish, encabezará
la delegación de su país, que también incluirá a funcionarios del
gabinete de otros organismos.
Los
anuncios emitidos en Pekín el mes pasado incluyeron una promesa de
tratar por igual a las empresas estatales, privadas y extranjeras, una
nueva ronda de recortes arancelarios para productos agrícolas,
automóviles y otros productos, y un informe que revela que el país
estaba considerando una legislación para frenar la transferencia de
tecnología forzada. China también anunció que reanudaría la compra de
soja, arroz y gas natural licuado de EE.UU. a partir de diciembre.
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