lunes, 28 de enero de 2019

El BCE avisa de que la incertidumbre política pesa sobre la economía europea

BRUSELAS.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió hoy de que la incertidumbre política y el proteccionismo son algunos de los mayores riesgos para la economía de la eurozona, si bien consideró que es poco probable que se produzca una nueva recesión.

Draghi se pronunció así en la última comparecencia de su mandato ante la comisión de Economía de la Eurocámara, que este lunes reconoció su labor al frente de la institución con una placa de agradecimiento "por salvar el euro".
En su intervención, el jefe del emisor europeo señaló que la economía en el área de la moneda única se ha comportado peor de lo esperado en los últimos meses y que han aumentado los riesgos a la baja para el crecimiento.
Explicó que detrás de este debilitamiento se encuentran una menor demanda externa y factores específicos de algunos países o sectores, como la industria automovilística alemana, pero también las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la incertidumbre en las negociaciones del "brexit" o la ralentización de la economía china.
Sin embargo, Draghi insistió en que el BCE cree que lo relevante es la "persistencia" en el tiempo de estos factores, en particular de la incertidumbre geopolítica y el proteccionismo que "están pesando sobre el sentimiento económico".
"Si esto persiste tendremos una ralentización más prolongada", dijo el banquero italiano.
No obstante, subrayó que "ahora mismo la probabilidad de una recesión para la eurozona es baja".
En este sentido, apuntó que las buenas condiciones de financiación, las dinámicas favorables en el mercado laboral y el creciente aumento de los salarios siguen apoyando la expansión económica y la inflación.
"Esto nos hace ser positivos sobre que la tasa de inflación convergerá hacia nuestro objetivo, pero si la desaceleración continúa podría tardar más de lo esperado", afirmó Draghi.
En todo caso, indicó que los estímulos de política monetaria siguen siendo "esenciales" para que la inflación converja hacia su meta de situarla algo por debajo del 2 % y reiteró que estos se proporcionarán a través de su orientación sobre los tipos de interés y la reinversión de activos adquiridos en su programa de compra de bonos.
Sin embargo, Draghi descartó que en este momento sea necesario retomar este programa, que terminó al final de diciembre.
El BCE anunció la semana pasada que se dará hasta marzo para analizar la situación económica y ver si es necesario modificar la orientación sobre los tipos de interés, que prevé que sigan en el nivel actual al menos durante el verano de 2019.
En otro orden de cosas, Draghi insistió durante su comparecencia en la necesidad de continuar con las reformas para completar la Unión Económica y Monetaria para dotarla de mayor protección frente a futuras crisis.
Al respecto, consideró que los países deben acometer reformas estructurales para afianzar sus economías nacionales, al tiempo que la eurozona en su conjunto debe completar la unión bancaria - el sistema de supervisión y resolución común- y la unión del mercado de capitales, que busca integrar los mercados europeos para aumentar las opciones de financiación.
Esto permitiría que el sector privado a través de los mercados sea capaz de absorber una mayor parte de un golpe económico, de modo que se reduzca la carga para los presupuestos nacionales, algo que actualmente ocurre en mucha mayor medida en Estados Unidos que en Europa, explicó.
Más allá de esta diversificación del riesgo, a juicio de Draghi será imprescindible el apoyo público a través de instrumentos fiscales, algo a lo que podría contribuir el instrumento presupuestario para la eurozona que se planteó en la cumbre europea de diciembre.
"Lograr estas reformas no es idealista, ni una utopía", dijo el jefe del BCE, quien consideró que "es cada vez más inaceptable es que no se actúe en ambos frentes".
"Uno tiene que decidir: si no quiere un presupuesto, entonces avancemos en la unión bancaria y unión de mercados de capitales", afirmó, reconociendo los "problemas políticos" que esto genera entre los países.
No obstante, se mostró esperanzado de que la cumbre de diciembre, en la que los líderes europeos acordaron varias medidas para reforzar la eurozona, "ha dado ímpetu" a la reforma.

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