WASHINGTON.- El
actual cierre parcial del gobierno estadounidense es ya el más largo en
la historia de Estados Unidos y frena cada día un poco más la expansión
de la primera economía mundial.
La
mayor parte de los bloqueos administrativos --hubo 21 "shutdowns" desde
1976-- fueron demasiado cortos para tener un impacto en el crecimiento.
Pero es más difícil prever lo que ocurrirá esta vez, ya que el cierre
se mantiene desde hace tres semanas.
"A
medida que se prolonga el bloqueo, crece el sufrimiento", declaró Beth Ann Bovino, economista jefe en la agencia de calificación
crediticia S&P Global Ratings.
Con
unos 800.000 empleados afectados, un cuarto de los funcionarios
federales, el cierre parcial de la administración cuesta 1.200 millones
de dólares por semana a la economía, asegura Bovino.
De
seguir así durante dos semanas más, el bloqueo le habrá costado a
Estados Unidos tan caro como el muro de 5.700 millones de dólares que el
presidente Donald Trump quiere construir en la frontera con México y
que los demócratas, que tienen la mayoría en la nueva Cámara de
Representantes, se niegan a aprobar.
Trump
rechaza firmar el presupuesto para financiar el gobierno federal si no
se incluyen los fondos para pagar la construcción del muro, y ni él ni
los demócratas parecen dispuestos a ceder en este pulso.
Aunque
los "shutdowns" de 1995 y 2013 mostraron que la economía podía
recuperarse rápidamente una vez superado el bloqueo presupuestario, la
parálisis del gobierno federal tiene un efecto negativo en numerosos
asuntos más allá del salario de los funcionarios, que suelen cobrar sus
sueldos de forma retroactiva, cuando vuelve la financiación.
A
la espera de una salida a la disputa entre el presidente y los
demócratas, los agricultores, lastrados por la guerra comercial
emprendida por Trump, no cobran la ayuda prometida por el gobierno y no
reciben las subvenciones para la compra de semillas y de alimentos para
animales.
Las
familias más pobres pueden quedarse sin una ayuda alimentaria a partir
de finales de febrero. La Reserva Federal ha pedido a los bancos que
sean comprensivos, y el departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano ha
rogado a los propietarios que no expulsen a los inquilinos más
desfavorecidos, que reciben una subvención del gobierno federal para
pagar el alquiler.
Las
inspecciones sanitarias se han suspendido, el organismo que supervisa
la bolsa, la SEC, ha dejado de tramitar los documentos de entrada en
bolsa y se ha retrasado la concesión de permisos de explotación
petrolera y gasística.
Los
trabajadores que tienen contrato con el gobierno, de los cuales muchos
no cobrarán remuneración, pierden 200 millones de dólares al día, según
una estimación de la agencia de noticias Bloomberg News.
El
cierre de la administración tiene un fuerte impacto para los 380.000
trabajadores federales que se encuentran en una situación de desempleo
forzoso y también para los otros 420.000 cuya labor se considera
"esencial" para el funcionamiento del Estado y que trabajan, por tanto,
sin cobrar sueldo.
Según
la inmobiliaria estadounidense Zillow, esos empleados deben pagar un
total de casi 438 millones de dólares al mes en alquileres y préstamos
hipotecarios.
En
algunos barrios de la capital, Washington, donde vive cerca del 20% de
la mano de obra federal, los restaurantes están vacíos, los taxis
inactivos, y los vehículos se desplazan con una facilidad
desacostumbrada.
Yingrui
Huang, ingeniero para una subcontratista en un centro de la NASA en
Maryland, afirmó que su empresa, que normalmente construye
satélites meteorológicos y telescopios para el gobierno, permanece
cerrada hasta nuevo aviso.
Mientras tanto, este ingeniero ha optado por conducir para la plataforma de reserva de vehículos con chofer Lyft.
Pero
dice estar preocupado por sus colegas que cobran por hora, como los
conserjes o secretarios. "Sus salarios son muy inferiores a los de la
mayoría de los ingenieros y no están bajo los proyectores ni nadie está
pensando en ellos", dijo.
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