LONDRES.- Theresa May se está enfrentando a muchas dificultades. El acuerdo del
Brexit todavía tenía que ser aprobado por el Parlamento británico y
cada vez era más probable que el gobierno de May no lo consiguiera. Las
críticas contra el acuerdo son muy duras, ya que vincularán a Gran
Bretaña a la UE durante mucho tiempo, sin tener voz ni voto. El propio
ministro de Hacienda británico ha manifestado que Gran Bretaña estaría
mejor si permaneciera en la UE. En caso de que el Parlamento
rechazase el acuerdo, el llamado brexit duro tendría consecuencias
catastróficas no solamente para la isla, sino para toda la UE.
Sin
embargo, queda por ver si la situación empeorará tanto como pronostican
los resultados del estudio publicado por el Banco de Inglaterra. En el
escenario extremo de un Brexit duro y desordenado, el BoE, prevé que la
producción económica británica sufrirá una caída del 8% ya en el primer
año.
Asimismo, da por supuesto que los precios de la vivienda
descenderán un 30%, que el valor de los inmuebles comerciales se
reducirá en cerca de un 50% y que la libra esterlina caerá un 25%. Y
todo ello con un aumento significativo de los precios al consumo y una
inflación del 6,5%.
Lo único que cabe esperar es que en realidad el
resultado no sea este ni ninguno parecido. Después de que el TJCE
dictaminara que Reino Unido puede revocar el Brexit unilateralmente, es
de esperar que se celebre un segundo referéndum y que el 29 de marzo de
2019 sea un día normal.
En ese caso, el resultado final sería «¡solamente gastos!», y los últimos dos años se habrían desvanecido como en una pesadilla.
Sin
embargo, las bolsas no parecen tener realmente en cuenta esta
posibilidad de abandonar el Brexit. Aunque la prima de impago está
aumentando, sigue siendo baja, situándose en 35
puntos básicos, lo que corresponde a una probabilidad de impago de
apenas el 3%.
En comparación, la prima en Italia es de 250 puntos
básicos, lo que significa una probabilidad de impago del 20%.
En cambio,
el mercado parece estar más preocupado por la tendencia de la inflación a largo plazo. El
diferencial de rendimiento entre la actual deuda pública británica a 30
y 10 años ha aumentado significativamente después
de que Theresa May regresara a Westminster con el acuerdo. Parece que
prácticamente nadie cree que el acuerdo vaya a contar con la aprobación
del Parlamento.
Por otro lado, la libra esterlina se mantiene estable. Si bien se ha producido una desaceleración generalizada de los
precios de los bienes inmuebles, los precios de la vivienda solamente
están cayendo de forma acusada en la zona de Londres.
Sin embargo, tras años de tasas de crecimiento de doble dígitos, el
mercado inmobiliario londinense merecía un receso sin que cundiera el
pánico.
En cualquier caso, en los próximos días y semanas se mantendrá
la emoción. Si se permite a los británicos volver a decidir, solamente
podemos desearles que den muestras de perspicacia y mantengan la cabeza
fría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario