miércoles, 2 de enero de 2019

Francia cambia su sistema de recaudación de impuesto sobre la renta en un contexto delicado

PARÍS.- El gobierno francés trataba de minimizar el miércoles los temores de los ciudadanos frente al nuevo sistema de recaudación de impuestos sobre la renta que podría avivar las llamas de una revuelta por el poder adquisitivo.

A partir del 1 de enero el Estado francés retendrá un porcentaje en la nómina mensual de los trabajadores, en concepto de impuesto sobre la renta. Este sistema es la norma en varios países occidentales, incluyendo España.
Las encuestas de opinión muestran que los franceses apoyan este cambio, pero aún así representa un riesgo para el presidente Emmanuel Macron, ya que los trabajadores percibirán menos dinero al final del mes.
Este sistema de recaudación permite ajustar automáticamente lo que se debe al fisco a las variaciones de ingresos y evitar así dificultades en caso de despido. Hasta el año pasado, los franceses pagaban sus impuestos en base a sus ingresos del año pasado.
Durante una visita el miércoles a un centro de finanzas públicas en el norte de Francia, el ministro de Hacienda, Gérald Darmanin, aseguró que este cambio "simplifica" la recaudación fiscal.
Sobre el eventual "impacto psicológico" que podría tener esta reforma sobre el poder adquisitivo de los franceses, el ministro dijo que confiaba en el "sentido común" de los ciudadanos.
La entrada en vigor de este nuevo sistema se produce en un contexto crítico para Macron tras más de un mes y medio de manifestaciones de los "chalecos amarillos", un colectivo que se manifiesta contra la política social y fiscal del gobierno.
Este movimiento nació contra un alza de los impuestos al combustible pero rápidamente se convirtió en una revuelta más amplia contra las políticas proempresariales de Macron y en medio de un sentimiento de pérdida de poder adquisitivo.
A mediados de diciembre el mandatario intentó calmar esta revuelta posponiendo este incremento. También anunció 10.000 millones de euros en exenciones fiscales y un aumento en los ingresos de los trabajadores más precarios y los jubilados. Desde entonces, las protestas parecen haber perdido fuerza.
Esta reforma fue inicialmente lanzada por su antecesor, el socialista François Hollande (2012-2017). Pero Macron decidió mantenerla.
Para preparar a los franceses para el cambio, el gobierno ha enviado 93 millones de cartas y correos electrónicos explicando el nuevo sistema.

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