BRASILIA.- La ministra de
Agricultura de Brasil, Tereza Cristina da Costa, defendió este
las intenciones del presidente Jair Bolsonaro de desarrollar el
agronegocio en territorios indígenas, argumentando que las críticas son
exageradas y asegurando que el país quiere preservar la Amazonía.
"No
existen todos esos riesgos que se presentan como casi una histeria que
en Brasil ahora vamos a acabar con los indígenas, que vamos a acabar con
las quilombolas [poblados por exesclavos fugitivos] (...) No, la ley
está ahí", dijo la ministra durante un encuentro con corresponsales
extranjeros.
Apenas se instaló el 1 de enero, el gobierno del
ultraderechista Bolsonaro traspasó al ministerio de Agricultura la
demarcación de las tierras indígenas y el servicio de vigilancia
forestal, una medida que desató las críticas de organizaciones
indigenistas y de defensa del medio ambiente.
Da Costa, que como
jefa de la bancada ruralista en la Cámara de Diputados le dio a
Bolsonaro un apoyo decisivo en la campaña electoral, apoya que se pueda
desarrollar en territorios indígenas el agronegocio, el cual por
legislación está restringido.
"Estoy a favor, pero se necesita
cambiar la ley", porque en algunas regiones del país, sostuvo, las
políticas de preservación han dejado de lado el desarrollo de
comunidades.
El estado "Roraima
(norte) hoy tiene un problema muy serio porque ha volcado todo a la
preservación, y cómo vive el estado? (...)
También tiene que tener una
actividad económica para preservar porque donde se tiene pobreza no se
preserva", afirmó la ministra, repitiendo un mantra del gobierno "no
podemos más ver al medio ambiente (...) con ideología, tenemos que ver
eso profesionalmente".
Reportes de prensa local dan cuenta de
nuevas invasiones en tierras indígenas en las dos primeras semanas de
gobierno de Bolsonaro.
Sin embargo, la ministra señaló que hay otras disputas por tierras entre indígenas y agricultores donde hay poco que preservar.
A
veces pequeños agricultores "están siendo expulsados de áreas que son
áreas donde los indígenas ya no tienen más condiciones para cazar,
pescar, para hacer su vida. Entonces hay mucho romanticismo en eso",
afirmó.
La legislación brasileña permite un 20% de explotación de
las tierras en zonas preservadas, por ello la ministra dijo que esos
territorios no son especialmente atractivos para el agronegocios.
"La
Amazonía no es propicia para la soja (...). Segundo, el productor que
va allí, que compra tierra, ya comienza con una desventaja porque tiene
que preservar el 80%", explicó.
Pero dijo que para seguir preservando estos territorios hace falta más cooperación internacional.
"El
brasileño quiere conservar la Amazonía, nosotros queremos conservar la
Amazonía, pero si el mundo también quiere esa preservación que traigan
proyectos interesantes".
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