ESTRASBURGO.- La Unión Europea celebró hoy en la
Eurocámara el vigésimo aniversario de la introducción del euro con el
reconocimiento de que, tras una década de profunda crisis financiera, su
Unión Económica y Monetaria necesita cambios que le permitan seguir
creciendo y competir globalmente.
"Cuando lanzamos el
proceso que nos llevaría a la moneda única nos llamaron locos, creían
que desaparecería, que no funcionaría (...) pero hoy vemos con
satisfacción y felicidad que el empeño en que nos embarcamos hace 20
años ha sido coronado de éxito", dijo el presidente de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, durante la comparecencia celebrada en el
pleno del Parlamento Europeo.
El viaje comenzó con el Tratado de Maastricht que en
1992 consagró la creación del euro, que empezó a funcionar oficialmente
en 1999 después de que los países cediesen sus competencias de política
monetaria al recién creado Banco Central Europeo, aunque no llegó a los
bolsillos de los europeos hasta 2002.
Desde entonces,
la eurozona ha pasado de once miembros fundadores a diecinueve, el euro
es utilizado por 340 millones de personas y se ha convertido en la
segunda divisa mundial por detrás del dólar.
Pero
también ha atravesado desde 2007 una década de profunda crisis, que puso
al descubierto los fallos de una estructura carente de una auténtica
política económica común y obligó a crear mecanismos de rescate para los
socios en problemas y de vigilancia para la banca en el origen de la
debacle.
La "gran debilidad" del euro reside, dijo
Juncker, en que todavía falta esa "coordinación perfecta" entre las
políticas económicas de los países y en que persisten las divergencias
económicas y sociales entre ellos, por lo que instó a "no bajar los
brazos" y mejorar la coordinación de las políticas fiscales y
presupuestarias.
"Es imperativo que concluyamos la
arquitectura que hemos empezado a construir", dijo por su parte el
presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, quien llamó a
completar la Unión del Mercado de Capitales y la unión bancaria.
Tajani consideró que "si nos quedamos donde estamos nos arriesgamos a
ser arrastrados por una nueva crisis" y abogó por instrumentos para
relanzar la inversión, apoyar la economía social e impulsar la
convergencia entre países, así como dotar un "presupuesto apropiado".
"El euro no es un fin en si mismo", dijo el político italiano, instando a poner el foco en la creación de empleo.
Para el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el hecho de
que la Unión Monetaria y Económica esté incompleta, unido a la
necesidad de reformas estructurales a nivel nacional, explica que no se
hayan materializado "totalmente" los beneficios del euro.
En este sentido consideró que, si bien se han conseguido "grandes
progresos" a raíz de la crisis, "no hay alternativa" más que trabajar
juntos para seguir reforzando la eurozona como "motor de prosperidad".
Draghi, que ha estado a cargo de la política de estímulos monetarios
que permitió estabilizar la economía en el punto álgido de la crisis,
advirtió de que "hoy la mayoría de los restos son globales y solo pueden
abordarse juntos".
Su predecesor en el cargo,
Jean-Claude Trichet, fue más allá y pidió también poner en marcha un
presupuesto para la eurozona, designar un ministro de Economía para la
misma y reforzar la legitimidad democrática "dando la última palabra en
los temas más importantes a los eurodiputados".
Trichet puso el acento, sin embargo, en que el euro ha demostrado una
"enorme resistencia ante la peor crisis desde la II Guerra Mundial",
superándola con todos sus miembros "incluida Grecia" y algunos nuevos, y
ganando popularidad.
"Un 75 % de los europeos apoya la moneda única", recordó.
Las llamadas a seguir reforzando la eurozona, tarea que depende en
última instancia de que los Estados miembros se pongan de acuerdo,
llegan tras más de un año de debate entre las capitales sobre cómo
afrontar mejor futuras crisis.
Las discusiones
permitieron en diciembre un acuerdo para una reforma que mejorará la
respuesta frente a quiebras bancarias y el Mecanismo Europeo de
Estabilidad, aunque su alcance es limitado.
En este
sentido, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, dijo que los países
seguirán trabajando en iniciativas pendientes como el fondo europeo de
garantía de depósitos o un instrumento presupuestario para mejorar la
convergencia y competitividad.
Tras el acto, que se
cerró con el "Himno de la Alegría", la eurodiputada del PNV Izaskun
Bilbao tomó la palabra para pedir "que no pasen otros veinte años para
que haya mujeres" en sesiones como la de hoy, en la que solo
intervinieron hombres.
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