BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) se
mostró el miércoles decidida a no reabrir el acuerdo del Brexit
alcanzado, pese a la presión de la primera ministra británica, Theresa
May, que busca una renegociación enarbolando el "mandato" de su
parlamento.
"Mi mensaje a (...) May: La posición de la UE es clara
y coherente. El Acuerdo de Retirada no está abierto a su
renegociación", tuiteó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk,
para quien los europeos no saben todavía "qué es lo que quiere Reino
Unido".
A casi dos meses del Brexit, previsto el 29 de marzo,
Donald Tusk se hizo eco de las voces en el bloque, como las de Alemania,
Francia o Irlanda, contrarias a reabrir un difícil proceso que duró
casi año y medio, lo que parece abocar al fracaso el pulso de May.
Poco
antes, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker,
también expresó ante la Eurocámara su rechazo a renegociar el acuerdo y
urgió a prepararse "para todos los escenarios, incluido el peor", en
referencia a una salida abrupta de Reino Unido.
Un portavoz de la
'premier' quitó hierro a las palabras de sus socios europeos y defendió
la reapertura del acuerdo "para conseguir el apoyo parlamentario", ya
que "la UE dice que quiere que Reino Unido salga con un acuerdo" y el
actual ya fue rechazado en Westminster.
El punto del acuerdo que
provoca más rechazo entre los diputados británicos es el 'backstop', un
mecanismo de último recurso destinado a evitar una frontera entre
Irlanda y la británica Irlanda del Norte y preservar el acuerdo de paz
de Viernes Santo de 1998 que puso fin a tres décadas de enfrentamientos.
La
Cámara de los Comunes lo rechazó el 15 de enero y, en otra prueba de su
incapacidad para acordar una solución alternativa, los diputados
apoyaron el martes la propuesta de la jefa del gobierno británico
consistente en pedir a la UE que revise este mecanismo.
El
negociador europeo Michel Barnier defendió ante la Eurocámara el
'backstop' acordado y al que tanto el gobierno británico de May como sus
27 socios habían dado su visto bueno en noviembre. "El 'backstop' no es
un dogma, es una solución realista", defendió.
El canciller
irlandés, Simon Coveney, criticó el cambio de posición de May, otrora
firme defensora del 'backstop'.
"Es como decir en una negociación:
'Bueno, o me das lo que quiero o salto por la ventana", apuntó a la
radio pública RTE.
El acuerdo cerrado entre Londres y Bruselas,
rechazado por el Parlamento británico, preveía que el 'backstop' sólo se
aplicaría si no se alcanzaba una solución mejor para el problema
norirlandés en el marco de la negociación sobre la futura relación entre
ambos.
Barnier dejó entrever así su disposición a renegociar la
declaración política, que acompaña el acuerdo de divorcio y fija las
bases de la futura relación, para resolver el escollo del 'backstop', si
la posición británica evoluciona "desde un simple acuerdo de libre
comercio", como el plan actual.
Además de hablar con Tusk, la
inquilina del número 10 de Downing Street tenía en su agenda del
miércoles conversar con el líder de la oposición, el laborista Jeremy
Corbyn, y con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.
A Corbyn,
May le expresó la importancia de que la UE negocie "sus propios
acuerdos comerciales", que la Comisión negocia en nombre de los 28
actualmente, y que "la única manera de impedir una salida sin acuerdo es
votar por un acuerdo", tuiteó la dirigente.
Ante el incesante rechazo de los líderes europeos a reabrir la
negociación cuando faltan menos de dos meses para el Brexit, analistas
británicos interpretan que el nuevo movimiento de May, conocida por una
perseverancia, puede ser una mera táctica política.
May "utiliza
esto para demostrar finalmente a todos, especialmente a sus más
recalcitrantes detractores, que el 'backstop' no puede ser renegociado,
por lo que tienen que enfrentarse a la verdad de Brexit: o votan a favor
del acuerdo, o votan a favor de un segundo referéndum o votan a favor
de un Brexit sin acuerdo", dice Anand Menon, profesor en el
Kings College.
Morten Ravn, profesor de Economía en la University College London,
coincide: May "probablemente prevé que no puede cumplir lo que promete y
hace esto con la esperanza de que el Parlamento acabe apoyando su
acuerdo en el último minuto" para evitar un Brexit sin acuerdo.
Este
escenario -que según el Banco de Inglaterra dispararía el desempleo y
la inflación, provocaría un desplome de la libra y el precio de la
vivienda y casi un 10% de reducción del PIB- es el más temido por todos,
especialmente por los empresarios.
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