CARACAS.- El presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro, enfrentará esta semana una nueva arremetida
del opositor Juan Guaidó, autoproclamado mandatario interino que convocó
a nuevas manifestaciones, mientras corre el plazo de ocho días que le
dieron países europeos para que acepte unas elecciones libres.
Alentado
también por un decidido apoyo de Estados Unidos, Guaidó llamó la noche
del domingo a una movilización el miércoles para exigir que la Fuerza
Armada retire su apoyo a Maduro, y el sábado a una gran marcha de
respaldo al ultimátum europeo.
Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Portugal dieron
plazo a Maduro hasta el próximo domingo para que convoque a comicios o
de lo contrario reconocerían a Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría
opositora, como presidente interino de Venezuela.
Más vaga, la
Unión Europea (UE), como bloque, dijo que tomaría "nuevas medidas" si no
se convocan comicios en los próximos días, incluido el apoyo al
opositor.
"Estaremos celebrando ese
respaldo inédito de todo el mundo a nuestra causa, pero también el
ultimátum (...) para lograr el cese de la usurpación, el gobierno de
transición y convocatoria a elecciones libres", manifestó Guaidó.
En
entrevista con la cadena televisiva turca CNN Turk, Maduro pidió a
Europa retirar su amenaza: "Nadie puede darnos un ultimátum", dijo, tras
reiterar su denuncia de un golpe de Estado en marcha dirigido por
Estados Unidos, con el que rompió relaciones diplomáticas.
El agravamiento de la crisis ocurre en pleno colapso
económico en Venezuela, con su petrolera en default y en su nivel más
bajo de producción en 30 años, escasez de alimentos y medicinas y una
hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% este año.
Este
lunes, el gobierno de Maduro devaluó 34,83% la moneda local equiparando
el tipo de cambio al del "dólar negro", algo que le urgían los
especialistas para enfrentar la grave crisis económica.
A bordo
del avión que lo condujo de Panamá a Roma, el papa Francisco expresó
este lunes temor a "derramamiento de sangre" en Venezuela. Una semana de
protestas y disturbios deja 35 muertos y 850 detenidos, según las
oenegé Provea y Observatorio de Conflictividad.
Guaidó
se autojuramentó el pasado miércoles invocando el artículo 233 de la
Constitución, que señala que hay vacío de poder con la renuncia,
incapacidad mental, muerte del presidente o abandono del cargo, ya
declarado por el Congreso en 2017.
Pero el gobierno
desconoce todas las decisiones del Parlamento, debido a que la justicia
lo declaró en desacato poco después de que la oposición tomara su
control tras arrasar en los comicios de diciembre de 2015, detonante del
conflicto de poderes.
Tampoco reconoce, por tanto, la
declaratoria de "usurpación" que hizo el Legislativo cuando Maduro
empezó el 10 de enero su segundo mandato, ni la amnistía a la Fuerza
Armada que ofrece Guaidó buscando quebrar el sostén del presidente.
Esa ley da "todas las garantías constitucionales" a
militares y civiles que "colaboren en la restitución de la democracia" y
elimina su responsabilidad civil, penal, administrativa en causas
abiertas desde la llegada del chavismo al poder en 1999.
Maduro
dice confiar en la "unidad" y "lealtad absoluta e incondicional" que le
ha profesado la cúpula militar. "Este señor que se autoproclamó no tiene
ningún control sobre militares", dijo este lunes el canciller Jorge
Arreaza.
"Aquí no hay traidores, hay vencedores. La Fuera Armada
está clara y esa amnistía es un documento de manipulación", dijo el
ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, encabezando este lunes
una marcha de soldados en el complejo militar Fuerte Tiuna.
Sin
embargo, la Fuerza Armada muestra fisuras: el sábado, el agregado de
Defensa en Washington, coronel José Luis Silva, desconoció a Maduro y
pidió a los militares respaldar a Guaidó, y hace una semana 27 militares
fueron detenidos tras sublevarse.
El segundo gobierno de
Maduro es considerado ilegítimo por Estados Unidos, la UE, Canadá y una
docena de países latinoamericanos que opinan que su reelección fue
fraudulenta. Ante ello, Maduro se acercó aún más a sus aliados Rusia,
China e Irán.
El líder socialista podría buscar apoyo financiero
de China, Rusia e Irán, "más unidos en contrarrestar los intereses de
Estados Unidos que por cualquier simpatía" hacia él, comentó
Paul Hare, de la Escuela Pardee de Estudios Globales de la Universidad
de Boston.
El ministro de Energía de Arabia Saudita, Khalid Al Falih,
advirtió que la crisis en Venezuela podría tener un "efecto sobre el
equilibrio del mercado" petrolero.
Guaidó, de 35 años, fue
reconocido como presidente interino por el mismo grupo que desconoció a
Maduro -excepto por la UE como bloque- y se le sumaron Israel y
Australia.
Apenas Washington reconoció al opositor, Maduro rompió
lazos con el gobierno de Donald Trump y ordenó el cierre de la embajada
y los consulados venezolanos en ese país. No obstante, el sábado
anunció que ambos países negociarán la apertura de oficinas de
intereses.
A solicitud de Guaidó, Estados Unidos dijo no tener
planes de cerrar su embajada en Caracas y el domingo aceptó al opositor
Carlos Vecchio como encargado de negocios de Venezuela.
El
consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, advirtió que habrá una "respuesta significativa" a cualquier amenaza
contra Guaidó o diplomáticos estadounidenses.
Un
día antes, la Casa Blanca había llamado al mundo a unirse "a las
fuerzas de la libertad" en apoyo de Guaidó, en una reunión del Consejo
de Seguridad de la ONU, en la que Rusia salió en defensa de Maduro.
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