BUDAPEST.- Miles
de personas se manifestaron este sábado en unas 60 ciudades de Hungría,
sobre todo en Budapest, para protestar contra una reciente y polémica
reforma laboral, adoptada por el Gobierno conservador nacionalista.
Las
marchas son una reacción a la negativa del ejecutivo, liderado por el
primer ministro, Viktor Orbán, de responder a un ultimátum de los
sindicatos planteado a inicios del mes para renegociar la legislación
laboral, que amplía notablemente el número horas extra para los
empleados del país.
El
destino de los manifestantes en Budapest era la plaza Várkert Bazár, a
orillas del Danubio, donde los dirigentes sindicales leyeron una carta
al Gobierno en la que tacharon de "ley de la esclavitud" la actual
legislación, aprobada en diciembre pasado, informó el portal de noticias
Index.hu.
La
polémica normativa eleva de 250 a 400 el número de horas extra anuales,
lo que supone para algunos empleados trabajar seis días a la semana, y,
además, permite a las empresas aplazar un máximo de tres años el pago
de ese tiempo extra trabajado.
En
su carta, los sindicatos exigen modificar la ley, pero también reducir
las desigualdades regionales y las existentes entre salarios de mujeres y
hombres, reformar la normativa de huelgas, mejorar las opciones de
jubilación anticipada e iniciar un diálogo eficaz con los representantes
de los trabajadores.
Pero
la protesta no se limitó al sector sindical sino que también contó con
una importante participación de estudiantes y jóvenes descontentos con
la política del ultranacionalista Orbán.
Estos consideran las medidas impulsadas por el primer ministro como nacionalistas, represoras y xenófobas.
También
se unieron a la protesta varios partidos de la oposición, el socialista
MSZP, la coalición democrática DK, el partido juvenil Momentum, y el
ultranacionalista Jobbik, la segunda fuerza en el Parlamento tras el
Fisdez.
Uno
de los momentos estrella de la manifestación en Budapest fue la
intervención del joven cantante de hiphop Áron Molnár, conocido por sus
vídeos musicales con el grupo NoÁr a favor de la aceptación de los
inmigrantes y contra el nacionalismo, el principal enfoque de las
políticas de Orbán y el gobernante partido conservador Fidesz.
Otro
discurso aplaudido fue el de Blanka Nagy, una estudiante de 18 años que
fue atacada días atrás por los medios de comunicación gubernamentales
por sus malas notas y por sus críticas al Gobierno.
Si
bien, la afluencia a la manifestación en Budapest fue menor que el
viernes pasado, parece haber aumentado la importancia de las protestas
en otras ciudades y regiones rurales de Hungría.
Los
sindicatos han prometido continuar las protestas, que incluso podrían
desembocar en una huelga general en las próximas semanas o meses, si el
Gobierno no da su brazo a torcer.
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